• Aewm

Versión analizada

1.3.12, publicada en diciembre de 2007.

Página oficial

Desapareció en 2019, pero por suerte existe una copia en The Internet Archive que incluso mantiene descargas operativas. En Github también es posible encontrar algunas réplicas del código fuente de la versión 1.3.12.

Estado actual

(Nota de mayo de 2020: Abandonado, en efecto, desde hace ya largo tiempo. Aewm despertó cierto interés y por ello sigue figurando en los repositorios de paquetes de varios sistemas operativos —Debian, Fedora, FreeBSD, NetBSD, etc—, y ha servido de inspiración para otros gestores de ventanas. Y probablemente aún mantiene un muy modesto grupo de usuarios. Mas ya nadie se ocupa de él).

Características resumidas

Esc. Virtuales Menús Iconos Temas Dockapps At. de teclado Barra de tareas
No No No No

Descripción


Captura de Aewm

Mi escritorio: Aewm con una bonita imagen de Moscú —la catedral de San Basilio en primer plano— como fondo. A la izquierda se aprecian varias ventanas enrolladas.


Aewm es un gestor de ventanas de inspiración minimalista creado por Decklin Foster, cuyas primeras versiones aparecieron en 1997-1998. El autor lo describe como un gestor de ventanas mínimo para X11, que resulta extremadamente ligero en características y uso de memoria.

Bueno, quienes conozcáis un poco el mundillo de los gestores de ventanas seguramente sabréis que «minimalismo» viene a ser un tópico. Casi todos ellos pretenden ser «minimalistas», ofrecerle al usuario una interfaz limpia y simple, y consumir pocos recursos del sistema, en oposición a los —teóricamente— pesados e ineficientes entornos de escritorio, que quieren tener de todo para todo el mundo. Y como todos los tópicos, su significado es, en el mejor de los casos, relativo: Aewm resulta en verdad minimalista comparado con, pongamos, Fluxbox o FVWM 2, pero un usuario de Dwm podría decir, «las ventanas tienen decoración, ¡vaya despilfarro intolerable! No es lo bastante minimalista». A veces hay también cierto esnobismo de por medio, para qué vamos a negarlo.

Aewm se divide en realidad en varias piezas, que funcionan como programas separados. No todas son estrictamente necesarias, pero la gran mayoría de usuarios querrá disponer al menos de los menús o, en su defecto, el panel o barra de tareas:

aewm:
Es el gestor de ventanas en sí, con la funcionalidad más básica. Tan básica que, en la práctica, no posee mucha utilidad sin alguno de los dos siguientes complementos.
aemenu:
El sistema de menús. Hay un menú de aplicaciones y —quizás más importante— uno de tareas, que sirve sobre todo para recuperar ventanas minimizadas.
aepanel:
La barra de tareas. Incluye un botón para invocar el menú de aplicaciones.
aedesk:
Su función es controlar todo lo referente a los escritorios virtuales.
aesession:
Esto sólo sirve para retener la sesión gráfica, de modo que sea posible, por ejemplo, salir de Aewm sin cerrarla. Como dice el autor, la mayoría de la gente tendrá poco interés en ello. Está más indicado para las personas que deseen experimentar con el código y ejecutar copias inestables del gestor.

El manejo se basa sólo en el ratón, no hay atajos de teclado. Y posee otra peculiaridad: al contrario que otras interfaces más habituales, en las que cada ventana cuenta con varios controles distintos con una única función —cerrar, maximizar, etc— y un iconito indicativo, Aewm simplemente emplea dos «áreas multifunción», por expresarlo así. Cada ventana tiene un rótulo —en el que figura su nombre—, y un cuadradito sin dibujo en el extremo derecho; clicando en ellos con los diferentes botones del ratón conseguiremos distintos efectos. ¿Traer la ventana a primer plano? Clic con el botón izquierdo del ratón en el título. ¿Moverla? Clic en el título con el botón central, y arrastrar. ¿Maximizarla? Accionar la ruedecita del ratón hacia arriba con el puntero dentro del cuadrado de la derecha... Y así sucesivamente. Esto hace que un ratón con tres botones sea casi obligatorio en Aewm.

Ya he mencionado antes la barra de tareas y los menús que incluye el gestor. Están elaborados con GTK2, así que, después de todo, no son tan «minimalistas» como pretenden, no al menos en el consumo de recursos del sistema. De hecho, los menús requieren bastante más memoria y CPU que el gestor de ventanas en sí, lo cual no deja de ser curioso. No obstante, en un ordenador más o menos moderno esto es poco relevante. Y de todos modos el autor distribuye también una versión anterior de Aewm —la 1.2.7, publicada en febrero de 2006— que emplea los X Athena Widgets en lugar de GTK2, alternativa mucho más ligera..., y fea, todo sea dicho.

La configuración de Aewm se efectúa mediante dos archivos de texto; en principio, son ~/.aewm/clientsrc y ~/.aewm/aewmrc. El primero define el contenido del menú de aplicaciones que mostrarán aemenu o aepanel, y el segundo controla algunos detallitos de la configuración general del gestor —el color de la decoración de las ventanas, etc—; ambos poseen una simplicidad que los hace comprensibles al primer vistazo. Aewm también puede usar fuentes Freetype mediante Xft, pero esto debe indicarse al compilar el código fuente. Y me quedaría decir que también se le pueden pasar opciones de ejecución, que tendrán prioridad sobre lo que se defina en el fichero ~/.aewm/aewmrc.

Por último, es posible usar escritorios virtuales en Aewm mediante aedesk. Es fácil hacerlo; y, en la configuración por defecto, y una vez activados, basta accionar la ruedecita del ratón en el escritorio para pasar de uno a otro.

Primeras impresiones


Captura de Aewm

Configurando Aewm; la ventana del editor de textos en primer plano contiene un trocito de mi menú de aplicaciones.


He usado Aewm durante más de seis semanas, así que quedan un poco lejanas... Quien sepa leer entre líneas ya se imaginará que no fueron demasiado emocionantes. Tampoco puedo decir que Aewm me disgustase, sin embargo.

Lo primero que llama la atención es el manejo de las ventanas, claro. Aewm parece dar por supuesto un ratón con dos botones más una rueda que, además, pueda pulsarse y servir de tercer botón; probablemente resulta una asunción sensata, considerando que hoy en día, en efecto, casi todos los ratones que hay en circulación poseen como mínimo eso. Pero si alguno de vosotros todavía usa alguna reliquia heredada de su antiguo 486, pues..., Aewm no es para él; tampoco sé lo confortable que será manejarlo con los touchpads de los ordenadores portátiles. Y, ahora que lo pienso, podría resultar divertido intentar usar Aewm con alguno de esos ratones de un único botón que fabricó Apple hasta 2005 —ya sabéis, «el usuario es demasiado imbécil para manejar dos botones , ¡no hablemos de más!»—; aunque seguramente no, no lo sería.

El caso es, resumiendo el párrafo anterior, que vais a necesitar todos los botones del ratón, y la ruedecita, para trabajar con Aewm. A algunos os gustará, otros lo odiaréis. A mí me pareció desconcertante al principio, pero luego vi que podía resultar bastante cómodo, y algunos detalles —el modo de maximizar las ventanas, por ejemplo— se aprendían un poco por instinto. De todos modos una interfaz cuyos componentes no poseen una función clara, sino varias que, además, no resultan obvias al primer vistazo, seguramente no es una interfaz para las masas.

Por lo demás, la estética de Aewm es tan simple y sobria como uno pueda imaginar. Dos rectángulos y una capa de color sólido para cada ventana, punto: no esperéis gradientes, bordes redondeados y otras florituras. Yo no soy demasiado sensible a estas sutilezas, así que no le di mayor importancia.

Usando Aewm


Captura de Aewm

Y en esta otra captura podéis ver el menú de aplicaciones en acción. Está elaborado con GTK2, aunque aquí no lo parece; es cosa mía, normalmente uso un tema de GTK2 que imita la estética de Motif —el nombre es «Solaris», por si a alguien le interesa—.


Aewm es bastante llevadero, no creáis. Me sentí relativamente confortable con él, aunque en realidad no se trata de mi entorno de trabajo ideal. Adolece de algunas carencias que con el paso de los días se me terminaron haciendo irritantes.

Por ejemplo... Algo que no me gustó, y que en mi caso echó a perder esa impresión de ligereza que en principio quiere transmitir Aewm: los menús que invoca aemenu. Están basados en GTK2, como ya he dicho arriba. También he mencionado que son más pesados que el propio gestor. El problema es que en mi sistema —un Pentium III con 384 MB de RAM— transcurría cosa de medio segundo entre el clic del ratón en el escritorio y la aparición del menú correspondiente. Sí, es cierto, medio segundo, en el gran orden de cosas, no tiene ninguna relevancia, y desde luego no va a hacer a nadie menos productivo frente al ordenador. Pero basta para que el usuario sienta la interfaz lenta y torpe; al menos a mí acababan siempre por ponerme nervioso. Encontré una solución, sin embargo: prescindir de aemenu y usar en su lugar la barra de tareas, que cuenta también con un botón para lanzar el menú de aplicaciones y que responde instantáneamente.

Otro detalle enojoso lo encontramos en el hecho de que algunas aplicaciones arrancan en ventanas minimizadas. El emulador DOSBox, por mencionar una. Si usáis la barra de tareas al menos os daréis cuenta desde el primer momento; si no, seguramente os ocurrirá como a mí, que estuve unos minutos dándole vueltas, creyendo que no funcionaba porque no había aparecido la ventana correspondiente.

Los archivos de configuración de Aewm, en cambio, son un acierto; tan claros y sencillos como uno pueda pedir. De hecho, escribir mi menú de aplicaciones fue un simple trámite que despaché en menos de cinco minutos con un editor de texto. Ojalá ocurriese igual en otros programas.

Y bueno, poco más queda decir que no se haya dicho ya. Bueno sí; Aewm da la posibilidad de usar escritorios virtuales, pero es imposible hacer que una aplicación se muestre en todos ellos, o pasar ventanas de uno a otro. Esto requeriría seguramente algún menú contextual y, ahora que pienso sobre ello, dicho menú quizás fuese difícil de encajar en la lógica que sigue el funcionamiento del gestor. También es verdad que los escritorios virtuales en Aewm son una posibilidad relativamente nueva: sólo se incluyeron a partir de la versión 1.3... En fin, sea como sea, vuestras ventanas permanecerán para siempre en el escritorio virtual en que se hayan abierto. Podría remediarse improvisando algo con Xbindkeys y Xwit, pero eso queda ya fuera del alcance de este artículo.

Opciones de personalización


Captura de Aewm

Por alguna razón, Aewm no dibujaba correctamente la barra del título de las ventanas de Aterm si se usaban transparencias en ellas. Pero con Mrxvt no existe ningún problema.


Ninguna de ellas modifica de un modo radical el funcionamiento del gestor, pero haberlas, las hay.

A la hora de compilar el código fuente de Aewm podéis definir algunos detalles, haciendo los cambios pertinentes en el Makefile y el archivo aewm.h. El más relevante de ellos —porque los demás pueden cambiarse después, en los ficheros de configuración del gestor o usando opciones de ejecución— es el soporte para fuentes Freetype. Esto añade unos 2500 KB al consumo de memoria de Aewm, y a cambio da la posibilidad de usar fuentes con antialiasing.

Una vez instalado Aewm, visitad el archivo de configuración ~/.aewm/aewmrc para cambiar el color de la decoración de las ventanas, el ancho del borde o la separación entre éste y el texto del título. Y, más importante, también es posible ajustar qué efectos tendrán los clics del ratón sobre el escritorio.

Un par de párrafos antes he mencionado opciones de ejecución... Sí, Aewm las admite, y en caso de especificarlas tienen —lógicamente— preferencia sobre lo que digan los archivos de configuración.

Por último: si deseáis escritorios virtuales, lo ideal es que invoquéis aedesk con las opciones oportunas desde vuestro archivo .xinitrc.

Documentación

Razonablemente buena, aunque también algo desfasada —algunos detalles quizás eran válidos para versiones anteriores pero no para la 1.3.12 que usé yo—, y con algunas lagunas. En fin, más o menos sirve para apañárselas.

Aciertos

Inconvenientes

Conclusión

Aewm resultará para muchos demasiado básico, y su peculiar modo de trabajar con las ventanas tampoco gustará a todo el mundo. Tiene sus méritos, pero a mí realmente tampoco me convence como entorno habitual de trabajo: JWM o IceWM vienen a ofrecer lo mismo pero están más refinados.

Galería de imágenes

Unas pocas capturas más de Aewm funcionando, que ya de paso ilustran alguna curiosidad:

Captura de Aewm

Una sesión típica, con una terminal transparente (Mrxvt), un editor de HTML (Medit), un vídeo reproduciéndose en Gnome-Mplayer y un navegador.

Captura de Aewm

Aewm con otra estética diferente. En el borde superior de la imagen se encuentra la barra de tareas (aepanel), con el menú de inicio desplegado, tal y como aparecen usando un tema de GTK2 llamado «MaXX».

Captura de Aewm

Un detalle curioso es poder ejecutar varias instancias de aepanel. Por eso en esta imagen se aprecian dos barras de tareas idénticas, una en el extremo superior de la pantalla y la otra en el inferior.

Captura de Aewm

Otra captura, sin nada de particular. Bueno, sí: está Monto, una dockapp para montar unidades con sólo un clic de ratón, y que bajo Aewm funciona bastante bien.

Descargas

Algunas descargas que interesarán a aquellos lectores intrépidos que quieran probar Aewm:

 

Artículo escrito en abril de 2011.
Revisado el 31 de mayo de 2020.


[Apta para cualquier navegador]  [Cumple con el estándar HTML]  [Cumple con el estándar CSS]

Podéis copiar libremente cualquier contenido de esta página.
Mandad opiniones, sugerencias o saludos a sovietskayarodina@gmail.com.