• Alloywm

Versión analizada

0.4.0, publicada en marzo de 2002.

Estado actual

Proyecto abandonado y olvidado. La página personal del autor desapareció, y con ella casi cualquier rastro de Alloywm; de hecho, sólo encontré el código fuente porque lo busqué de forma sistemática en recopilaciones de software en Internet, y una de ellas guardaba una copia.

Teniendo en cuenta los años transcurridos de abandono, y el hecho de tratarse de un trabajo oscuro que quedó a medias, es muy dudoso que a estas alturas haya alguien usándolo.

Características resumidas

Esc. Virtuales Menús Iconos Temas Dockapps At. de teclado Barra de tareas
No No No No Parcial 1

1 Existen unos pocos inspirados en los de EvilWM. Salvo que alguien quiera husmear en el código fuente, no es posible añadir más ni cambiar los que definió el autor.

Descripción


Captura de Alloywm

Mi primera sesión con Alloywm: una terminal transparente (Aterm), un reloj (Mdgclock) y Xload midiendo el trabajo de la CPU. El fondo de escritorio es una fotografía que tomé cerca de casa.


Alloywm se trata de un trabajo derivado de Aewm, un gestor de ventanas minimalista conocido precisamente por haber servido de base para muchos otros. El autor, un tal Kensuke Otake, lo desarrolló entre 2000 y 2002; merece destacarse que al comenzar con el proyecto contaba sólo con catorce años. Así que Alloywm viene a ser el experimento de un adolescente que estaba aprendiendo a programar..., y que, consecuencia predecible de la inconstancia juvenil, quedó inacabado en cuanto su creador encontró algo nuevo de qué ocuparse.

Otake describe así su labor:

«Como su nombre implica, Alloywm es un ligero gestor de ventanas para X11, estético y bastante exquisito. La premisa de este gestor de ventanas es no volverse tan pesado e hinchado como otros gestores más conocidos, como KDE, y mantener la interfaz fuera del camino del usuario. Alloywm pretende también ser pequeño, rápido y tener unos requerimientos de memoria realmente reducidos».

Efectivamente, el gestor de ventanas en sí es bastante pequeño. Sin embargo, viene acompañado de un sistema de menús y de una barra de tareas, ambos basados en GTK1 —las bibliotecas antecesoras de las hoy populares GTK2, e incompatibles con ellas; no las confundáis—, que funcionan en la práctica como programas externos y son algo más pesados. La barra de tareas es opcional; también resulta posible prescindir de los menús, pero poco recomendable, porque algunas funciones de Alloywm —recuperar ventanas minimizadas, por ejemplo— son mucho más accesibles con ellos. Ambas piezas parecen adoptadas, con algunos cambios, de alguna versión vieja de Aewm.

Alloywm ofrece las funciones básicas de un gestor de ventanas: pueden moverse por el escritorio, cambiarse de tamaño —arrastrando la esquina inferior derecha—, maximizarse, minimizarse y, como pequeño extra, enrollarse —esto es, dejar visible sólo la barra del título—. En la configuración por defecto la decoración de las ventanas es gris, cosa que hizo al autor pensar en metales y le sugirió el nombre del proyecto, pero puede cambiarse.

De hecho es posible hacer algunos ajustes en la estética y el comportamiento de Alloywm. Pero resulta engorroso porque, al contrario que muchos otros programas en Unix, carece de un archivo de configuración que el usuario pueda editar. Al contrario, la configuración de este gestor de ventanas se realiza al compilar el código fuente, modificando las líneas correspondientes en el archivo alloywm.h. No es complicado hacerlo, aunque sí poco práctico, porque cada cambio, por pequeño que sea, requiere compilar e instalar una nueva copia de Alloywm.

La documentación existente se limita al archivo README, incluido con el código fuente, y que explica el manejo básico del gestor de ventanas. Es razonablemente extensa pero no muy buena, porque contiene detalles incorrectos, aplicables quizás a las primeras versiones de Alloywm pero no a ésta. Y después de leerla quedan algunas lagunas, como el funcionamiento del script que controla los menús.

Por último, Alloywm incluye algunos atajos de teclado para efectuar algunas funciones. No son muchos, y no resulta posible personalizarlos, pero pueden venir bien.

Primeras impresiones

Pues francamente decepcionantes.

Al leer la descripción del autor —recordad, estético y bastante exquisito— me esperaba algo, sí, exquisito, o al menos fuera de lo corriente. En cambio, una decoración basada en sencillos relieves y formas cuadradas, y un único tono sólido de gris... Puede ser minimalista, puede ser clara, puede ser funcional, incluso puede ser bonita; pero no encaja en mi definición de «exquisitez». En realidad, la apariencia de Alloywm recuerda bastante a Motif o a aplicaciones basadas en Tcl/Tk; y esto, más que exquisito, era casi la norma a mediados de los años noventa y principios de la década siguiente. De todos modos, se trata de una estética que me gusta bastante, y el problema radica más bien en que el texto que escribió el autor disparó mis expectativas.

Lo que sí resultó de verdad «decepcionante» fue la facilidad con que Alloywm se interrumpía —«violación de segmento»—, cerrando abruptamente mi sesión gráfica y devolviéndome sin ceremonias a la consola de texto. Y el arcano y frágil sistema de menús. Y el hecho de que algunas ventanas temporales se dibujen sin decoración. Y... Bueno, hablaré de eso enseguida.

Usando Alloywm


Captura de Alloywm

(La captura no es mía: si no recuerdo mal, procede del autor de Alloywm). Este escritorio es más elaborado, e incluye iconos, seguramente añadidos mediante ROX Filer o algún programa similar. También podéis ver la barra de tareas funcionando.


Antes de seguir, debo insistir en que Alloywm es un trabajo que quedó a medias, y se nota. El autor tenía intención de subsanar sus carencias en futuras versiones —por ejemplo, escribiendo un sistema de menús realmente fiable y fácil de configurar—, pero todo esto, como el propio Alloywm, fue arena que se llevó el viento. Si quieres hacer reír a los dioses, cuéntales tus planes...

Con un poco de paciencia pude solucionar algunos problemas. Los menús, por citar alguno: tenían una desagradable tendencia a quedar abiertos en el escritorio, de forma que cada clic de ratón iniciaba uno nuevo sin cerrar el anterior. Arreglé esto, y ya de paso los personalicé para que me sirvieran de algo; ambas cosas me pusieron en contacto con alloywm-menu, el script que los controla, un engendro que hubiese deseado no conocer, probablemente concebido como un apaño provisional mientras Otake escribía algo mejor. Al final conseguí algo que más o menos funcionase, aunque no puedo decir que me guste: los menús de Alloywm son feos y, sobre todo, torpes. La única ventaja que les veo se halla en que, tratándose como son de un programa independiente, pueden usarse en cualquier entorno: combinados con Xbindkeys podrían venir bien en gestores de ventanas como Karmen, que carecen de menús de aplicaciones.

El fallo más grave que encuentro en Alloywm es su inestabilidad, claro. Ejecutad un programa que al gestor, por algún motivo, no le guste —el emulador DOSBox, por citar uno—, y se interrumpirá, llevándose al infierno con él vuestra sesión de trabajo. Como comprenderéis, esto descarta Alloywm como entorno usable y lo deja en una curiosidad para coleccionistas.

Hasta cierto punto pude acostumbrarme a su funcionamiento; sólo hasta cierto punto. Confundía continuamente los botones de minimizar y enrollar ventanas, por ejemplo —en mi opinión, se parecen demasiado y deberían ser más explícitos—; y el hecho de que algunas ventanas temporales se muestren sin decoración ni controles nunca dejó de desconcertarme.

Opciones de personalización

No demasiadas. Todas ellas se definen en el archivo alloywm.h, antes de compilar el gestor de ventanas.

Pero bueno, es posible cambiar colores y fuentes, junto con algunos detalles más funcionales, tales como el modelo de enfoque, el movimiento de las ventanas —opaco o transparente—, y el efecto que tendrá clicar con los botones del ratón sobre el escritorio. Todo ello se explica a la ligera en el fichero README, incluido con el código fuente de Alloywm.

Aciertos

Inconvenientes

Hay muchos, así que sólo me centraré en los más notorios:

Conclusión

Con Alloywm he roto un poco mi norma de emplear cada gestor de ventanas, como mínimo, durante una semana, para poder comentarlos con algo de conocimiento. Lo he intentado, no creáis; me quedé en cinco días o así. Pero, al final, sus inconvenientes han terminado pesando demasiado. Al menos quiero tener la seguridad de poder usar mi sistema sin interrupciones aleatorias...

No se lo recomendaría a nadie como herramienta habitual, aunque supongo que coleccionistas y gente curiosa querrán echarle un vistazo. Es más bien un esbozo de lo que podría haber sido un gestor de ventanas realmente funcional. Sin embargo, considerando que es el trabajo de un adolescente de catorce años, no carece de mérito.

Galería de imágenes

Otras capturas de Alloywm en funcionamiento para saciar la curiosidad del lector:

Captura de Alloywm

Haciendo cosas con Alloywm... Arriba hay una ventana enrollada, y en el extremo inferior de la pantalla la barra de tareas. Por cierto, la gata de la fotografía era una cazadora implacable.

Captura de Alloywm

Opera, Chestnut Dialer —un marcador de teléfono para conectar a Internet—, y el menú de aplicaciones de Alloywm en toda su gloria.

Captura de Alloywm

Después de haber visto las demás imágenes ésta no aporta realmente nada nuevo... Bueno, yo estaba más cómodo sin la barra de tareas.

Captura de Alloywm

Alloywm es muy inestable, pero al menos me permitía ver películas con Mplayer. En esta ocasión se trata de un clásico del cine español: Pepito Piscinas.

Descargas

A pesar de lo dicho en el artículo, ¿queréis echarle un vistazo a este gestor de ventanas? Pues aquí tenéis:

 

Artículo escrito en enero de 2011.


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