• Wm2

Versión analizada

La «cuarta edición» (wm2-4), publicada en marzo de 1997.

Página oficial

http://www.all-day-breakfast.com/wm2/
https://github.com/cannam/wm2

Estado actual

El autor mantiene una copia del código fuente en un repositorio en Github, y allí muy ocasionalmente se han hecho pequeñas correcciones —en el momento en que escribo esto los últimos parches datan de 2011—. Sin embargo, Wm2 en sí no ha evolucionado desde 1997, ni es previsible que vaya a hacerlo.

Dentro del reducido mundo de los gestores de ventanas no se halla entre los más conocidos, aunque sí logró un poquito de repercusión: cuenta con su propia entrada en Wikipedia , y figura al menos en las colecciones de paquetes de las distribuciones más completas de Linux. Algún usuario aislado conservará por ahí, pues.

En todo caso, lo que veis ahora es lo que hay, y seguramente lo que habrá.

Características resumidas

Esc. Virtuales Menús Iconos Temas Dockapps At. de teclado Barra de tareas
No Parcial 1 No No No No No

1 Menús configurables por el usuario, ninguno: sólo existe un humilde menú de tareas para acceder a ventanas minimizadas.

Descripción


Captura de Wm2

Así presenta Chris Cannam a Wm2. La imagen original venía fechada en 2003, pero probablemente será incluso anterior: reliquias como Netscape y XV así lo sugieren. (La captura no es mía, procede de la página oficial del proyecto).


Wm2 es un gestor de vocación minimalista. El autor, Chris Cannam, explica con vehemencia en la página oficial la dirección de su trabajo:

«¿Por qué? La contemplación más corta del gestor de ventanas moderno revela inmediatamente cinco puntos obvios:

  1. Los iconos son basura. Ningún gestor de ventanas existente los maneja bien.
  2. La configurabilidad es basura. Requiere mucho tiempo y nunca puede compensar de verdad el uso de un diseño erróneo.
  3. Listas largas de aplicaciones útiles en el menú de inicio son basura. No importa cuánto cuidado pongas en añadir todos los programas que piensas que quieres: nunca vas a acertar realmente.
  4. La guerra entre "clicar para enfocar" y "el foco sigue al ratón" no es verdaderamente importante. La mayoría de la gente puede acostumbrarse a cualquiera de los dos [modelos de enfoque].
  5. La apariencia es importante».

Así que Wm2 descarta todo oropel y se queda sólo con la funcionalidad más básica. ¿Menús? Como en 9wm, sólo existe uno, que sirve para recuperar ventanas minimizadas o invocar terminales. ¿Interfaz o comandos de configuración? Ningunos: los poquitos ajustes que se le permiten al usuario se efectúan en el código fuente, y después se compila otra copia para que surtan efecto. ¿Atajos de teclado? Ni uno, usad utilidades externas si os parece mal...

A cambio, el gestor nos obsequia con una original decoración para las ventanas: una solapita vertical para el título en la esquina superior izquierda, que recuerda un poco a los separadores para carpetas. En ella se dibuja un único control: clicar sobre él con el botón izquierdo del ratón minimiza —oculta, más bien— la ventana en cuestión, y dejarlo pulsado durante un par de segundos la cierra y finaliza el programa responsable. Hay también un discreto triángulo, abajo y a la derecha, que hace posible cambiar el tamaño de la ventana enfocada arrastrando con el puntero.

Y a grandes rasgos esto sería todo... Bueno, esperad, me dejo un detallito: apretar el botón derecho del ratón sobre los títulos sirve para ir saltando de una ventana a otra, trayendo la seleccionada a primer plano.

¿Veis qué simple es Wm2? Aun así su creador continuó trabajando, probablemente por petición de sus usuarios, y de esos esfuerzos nació Wmx: una evolución de Wm2 con muchas características nuevas, que se salta al menos dos de los puntos de esa «gran doctrina sobre el manejo de ventanas» citada arriba. Casi idéntico a la vista, aunque con un funcionamiento sustancialmente distinto que me ha movido a dedicarle su propio análisis.

Ahora sí, pasemos a la siguiente sección.

Instalación


Captura de Wm2

Y éste es mi escritorio en toda su gloria. Reparad en que sólo a la ventana enfocada —en este caso Opera, en lo alto de la pila— se le dibuja el cuadradito de control en su esquina superior izquierda.


Lo ideal es que recurráis a los repositorios de paquetes de vuestros sistemas operativos, al menos si tenéis la suerte de encontrarlo en ellos. El código disponible en la página oficial es de 1997 y un pelín problemático en versiones recientes de GCC/G++ —revisad el archivo Makefile, usad la opción -fpermissive durante la compilación—. Del repositorio de Github podréis descargar algo mucho más actual y fácil de instalar: compilado con GCC 4.8.4 sin inconvenientes.

Primeras impresiones

Chris Cannam definió su gestor como «elegante», y no voy a ser yo el que diga lo contrario: visualmente me gustó. Simple pero bonito, y además con el encanto de lo atípico —¿cuántos escritorios habéis visto por ahí con letreros verticales?—.

Al principio se me antojó un poquito desconcertante, por supuesto, con los títulos de las ventanas situados a la izquierda en lugar de como dicta la costumbre, arriba. Y leer en vertical resulta algo más incómodo que en horizontal. No estoy hablando de obstáculos insalvables, de todas formas, si bien reconozco que yo soy bastante adaptable.

«Vale, el cuadrito blanco de la solapa sirve para ocultar ventanas, y las puedo recuperar seleccionándolas en el menú de tareas que aparece al clicar sobre el escritorio. Bien, bien... Eh, espera, ¿y cómo ostias se cierran? A ver, le daré con el botón derecho del ratón... ¡Anda! Ahora estoy en otra ventana diferente: no, no es esto. Y el del medio por lo que veo no sirve para nada. ¿Qué habrá que hacer? (Ojeada a las instrucciones escritas en el fichero README del código fuente). Ah, vaya, mantener pulsado el botón izquierdo sobre el cuadro hasta que el puntero se convierta en una cruz; estás que lo adivinas. ¡Funciona! Aunque no lo encuentro muy práctico, que digamos».

Da la casualidad de que llegué a Wm2 procedente de AfterStep. Y eso casi equivale a salir de un despacho repleto de muebles, cuadros y con una gran alfombra, para entrar en otro casi vacío, con sólo un modesto escritorio, una silla y paredes desnudas pintadas de blanco. No tiene por qué significar un cambio a peor.

Usando Wm2


Captura de Wm2

Incluyo esta imagen para mostrar el menú de tareas, desplegado abajo, a la izquierda: lista las ventanas minimizadas. También podéis admirar a mi temible perro Mandibulín.


Según se comenta de pasada en la página oficial:

«Wm2 es por lo tanto el gestor de ventanas ideal para el actual programador, elegante y ascético».

Y de eso se trata, de ascetismo. El dichoso botón multifuncional para ocultar y cerrar ventanas, y un menú de tareas —que sirve también para lanzar Xterms—. Porque todo lo demás son fruslerías mundanas que te alejan de la iluminación. El autor se reconoció inspirado por el gestor minimalista por excelencia, 9wm; Wm2 resulta un poco más sofisticado y amigable.

Bueno, invocar terminales y arrancar programas con ellas me parece perfecto, y en todas mis sesiones de ordenador utilizo por lo menos una. Sin embargo, es posible asociar la opción de «nueva ventana» del menú de tareas a un lanzador de aplicaciones como Dmenu , algo seguramente más práctico que abrir continuamente Xterms para los asuntos más peregrinos. Sólo con esto Wm2 ya gana apreciablemente en usabilidad.

Como no existen escritorios virtuales ni barras de tareas, a partir de cierto número de ventanas activas —quizás unas diez en mi caso— la sesión se va volviendo cada vez más incómoda, así que no encuentro aconsejable enredarse con tantas. Pero las mismas técnicas que descubrí para convivir felizmente con 9wm o Lwm dieron buenos frutos aquí: usar cuando sea posible programas con interfaces de pestañas —Mrxvt en lugar de Xterm, por ejemplo, o Beaver en vez de Leafpad—, y trabajar con un mínimo de orden y sin pretender abarcar muchos asuntos al mismo tiempo. En realidad, este último consejo es útil con independencia del gestor que empleéis, sólo que las limitaciones de Wm2 casi lo convierten en una obligación.

Un último detalle importante: Wm2 no incluye compatibilidad con los Extended Window Manager Hints —conocidos también como el estándar NetWM—, y eso hace un tanto difícil combinarlo con accesorios independientes. Paneles y menús son tratados como ventanas convencionales; a grandes rasgos funcionan, aunque son dibujados con decoración y eso los hace parecer fuera de lugar. Por lo tanto, si deseáis usar este tipo de herramientas os recomiendo que busquéis otro gestor que interactúe mejor con ellas; o mejor aún, que las incluya ya de serie.

Opciones de personalización

Resulta posible cambiar el modelo de enfoque, o el tipo de letra y los colores de la decoración de las ventanas; y algún detallito oscuro más. Eso es todo.

Para hacerlo, hay que editar el fichero Config.h del código fuente, compilar e instalar una nueva copia de Wm2. No, lo siento, no existe otro método.

Documentación


Captura de Wm2

Una estética diferente, con decoración de un azul muy claro; para ello tuve que compilar una nueva copia del gestor. Trabajando en Gnumeric.


No se incluye página de manual, sólo unas sencillas instrucciones en el archivo README que viene con el código fuente. Como de Wm2 tampoco hace falta explicar mucho, esto basta.

Aciertos

Inconvenientes


Captura de Wm2

No existe un soporte real para ello, pero si uno se lo propone puede usar algunas dockapps en Wm2: en este escritorio de 1998 hay una en la esquina superior izquierda. (La captura no es mía: fuente ).


Conclusión

Tras un comienzo poco prometedor he terminado usando Wm2 durante un mes. Ha sido agradable. Como les sucede a otros gestores minimalistas, sus limitaciones son al mismo tiempo sus fortalezas: como no ofrece casi nada, tampoco existe apenas curva de aprendizaje ni necesidad de entretenerse haciendo ajustes. Ideal para trabajar sin distracciones. Por supuesto, soy consciente de que no hay una medida para todos los usuarios, a unas personas les gustará y otras lo odiarán con intensidad.

Debo reconocer, no obstante, que puestos a utilizar uno de estos gestores tan sobrios prefiero Lwm: su también escasa funcionalidad se adapta más a mis preferencias. Wm2 me parece más bonito, eso sí.

Los interesados podéis leer asimismo el artículo dedicado a su hermano más joven, Wmx.

 

Artículo escrito el 30 de noviembre de 2014.


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