• Blackbox

Versión analizada

0.70.1, publicada el 3 de noviembre de 2005.

Páginas oficiales

Estado actual

Gozó de mucha popularidad en su época de desarrollo más activo, más o menos entre 1998 y 2003. Sin embargo, pocos años después fue abandonado: la última versión de los autores originales, la 0.70.1, vio la luz a finales de 2005. El grueso de sus usuarios imagino que adoptó otros gestores de ventanas similares: los más obvios, Fluxbox y Openbox. De su pasado de esplendor han quedado por Internet muchas guías, menciones en artículos y demás. ¿Y gente que lo utilice ahora? Pues algunos irreductibles persistirán por ahí, no lo dudo, mas el resto del mundo ha seguido adelante.

Bueno, un tal Brian Bidulock retomó el proyecto en 2014 con algunos colaboradores, y han preparado desde entonces varias versiones nuevas —en el momento de escribir esto, la última de ellas es la 0.71.1—. Así que Blackbox sigue vivo, después de todo... Está por ver hasta dónde llegará.

Características resumidas

Esc. Virtuales Menús Iconos Temas Dockapps At. de teclado Barra de tareas
No No 2 Parcial 1

1 El panel de Blackbox parece tal cosa a primera vista, pero no ofrece la misma funcionalidad. Mayormente porque sólo muestra la ventana enfocada y no permite actuar directamente sobre ella: las operaciones —minimizar, restaurar, etc— deben realizarse mediante el menú correspondiente.

2 En su instalación básica Blackbox carece de ellos. No obstante, su misma página de manual recomienda el uso de Bbkeys, un programita externo pensado exactamente para cubrir ese vacío.

Descripción


Captura de Blackbox

Comienzan mis andanzas con Blackbox. En su configuración por defecto luce así de plano: ni un solo detalle superfluo con el que distraerse.


Blackbox nació de la mano de Brad Hughes allá por 1997. Como he comentado arriba, rápidamente logró un público considerable. Prueba de esta repercusión es que con el tiempo su código sirvió de base para toda una familia de gestores de ventanas: Fluxbox y Waimea nacieron de él en 2001, Openbox y Hackedbox en 2002, y quizás apareciese algún hijo más que no conozco. Incluso dio el salto a los sistemas Windows con varias interfaces de escritorio elaboradas a su imagen y semejanza: primero BB4Win, al que luego siguieron bbLean, Xoblite y bbZero.

Inspirado en cierta medida en Window Maker. De él hereda, por ejemplo, el dock —llamado aquí slit—: un área de la pantalla reservada para alojar dockapps, accesorios que se ejecutan en pequeños recuadros de unos sesenta y cuatro píxeles, y entre los que hay relojes, calendarios, monitores de red, etc. De todas formas el parecido entre ambos gestores resulta más bien discreto, porque Blackbox cuenta con una estética y modo de funcionar propios.

Aparte del ya descrito slit, las otras facetas relevantes de Blackbox son su sistema de menús y el panel. Del primero hay poco que explicar, puede servir para lanzar aplicaciones o interactuar con ventanas; permite también, ahora que lo recuerdo, ajustar los aspectos más importantes de la configuración —modelo de enfoque y demás—, un detalle siempre de agradecer. Y respecto al panel, informa de qué escritorio virtual y ventana se encuentran activos en cada momento, y añade de propina un reloj en su extremo derecho.

Blackbox es austero e incluye sólo las prestaciones que los autores consideraron imprescindibles. Como ya explicaron ellos :

«Es muy simple; algunos incluso lo sentirán ascético o directamente árido. Tras emigrar de un entorno repleto de imágenes, efectos visuales y accesorios, el nuevo usuario puede quedar impresionado por la gran cantidad de espacio vacío. Se le llama área de trabajo, y algunas personas la valoran y quieren tanta de ella como sea posible. [Aunque] no tiene por qué ser así: puedes añadir la mayoría de las herramientas y accesorios que tengas en otros entornos».

Por ilustrarlo: ¿Queréis atajos de teclado personalizables? Pues no ofrece tal cosa, de modo que necesitaréis instalar una utilidad independiente llamada Bbkeys . ¿Un paginador? Probad con Bbpager... En realidad existe un modesto surtido de herramientas que la comunidad que creció alrededor de Blackbox fue preparando para añadirle funcionalidad.

El gestor guarda su configuración en un fichero oculto de texto plano llamado ~/.blackboxrc, fácil de entender —consta de una simple lista de etiquetas con sus valores correspondientes—. Crea además un directorio, en ~/.blackbox, en el que se almacenarán el contenido del menú principal y los temas gráficos que instale el usuario.

Primeras impresiones


Captura de Blackbox

Esta estética azul resulta un poco menos árida. Hay una ventana enrollada en el borde superior, y el slit a la derecha, con siete dockapps abiertas.


Antes que nada diré que utilicé Fluxbox —uno de los retoños de Blackbox enumerados antes— durante cinco años como escritorio habitual. Como ya supondréis los dos se asemejan bastante, y las comparaciones resultan pues inevitables.

Así que en principio no vi nada en Blackbox que me sorprendiese, se me antojó muy familiar. Los mismos menús, ventanas decoradas de un modo más o menos similar, el slit que uno puede llenar de cachivaches absurdos, y el panel esperando en el borde inferior de la pantalla. En conjunto lo percibí, quizás, ligeramente más rudimentario: no en vano Blackbox quedó congelado en 2005, mientras que Fluxbox ha seguido evolucionando a su ritmo todos estos años y además descartó en parte el minimalismo de su predecesor.

Los temas gráficos que instala por defecto Blackbox confirman bien ese enfoque sobrio que adoptaron sus creadores: formas simples y planas, colores sólidos. Nada espectacular, ningún capricho estético. Cuando vi por vez primera ese escritorio gris y desprovisto de adornos me entraron ganas de abrir alguna hoja de cálculo y ponerme a hacer números.

Ah, he mencionado el panel... Aquí hay una diferencia sutil entre ambos gestores, y que sin embargo condiciona mucho el modo de trabajar. Fluxbox trae una barra de tareas propiamente dicha, que lista todas las ventanas del escritorio y permite ocultarlas o enfocarlas clicando sobre sus respectivas etiquetas. El panel de Blackbox, en cambio, sólo informa de cuál es la ventana activa; no vale pues para que el usuario compruebe con un vistazo rápido cuántas cosas mantiene abiertas y se organice en consecuencia. Como mucho, uno puede ir saltando de ventana en ventana mediante las dos flechitas de la derecha, junto al reloj. Y tal vez eso baste en sesiones poco concurridas, si bien a mí rápidamente se me hizo incómodo.

Usando Blackbox

¿Y cómo es el día a día con Blackbox?

Se trata a la hora de la verdad de una interfaz bastante simple y accesible. Y aunque más arriba he hablado de minimalismo, en este aspecto tampoco alcanza el extremo de otros gestores como Lwm o Windowlab. Uno puede ejecutar sus programas desde el menú, ocultar o sombrear ventanas, repartirse por varios escritorios virtuales, modificar la apariencia del escritorio con algún tema gráfico bonito, y colocar sus dockapps favoritas en el slit. Vamos, existe cierta flexibilidad.


Captura de Blackbox

Algo más vistoso: el tema «picra2» y sus gradientes verdes combinado con un fondo de escritorio de inspiración lovecraftiana. Podéis ver el menú de aplicaciones desplegado. Y bueno, una partida a Doom: The Roguelike en una de las terminales.


Blackbox cuenta con una buena compatibilidad con los estándares ICCCM y EWMH, lo cual facilita el empleo de complementos externos —paginadores, paneles y demás—. Esto, unido a lo comentado en el párrafo anterior, significa que partiendo de la sencillez inicial de este gestor resulta posible prepararse entornos de trabajo relativamente sofisticados. Ya sólo en las dockapps hay un mundo grande y variado por explorar...

Tal vez sea un poco más incómodo que Fluxbox, por carecer de una barra de tareas al uso. Eso hace un pelín más difícil recuperar ventanas minimizadas: dado que el panel no ayuda en esto, hay que invocar el menú correspondiente —el Workspace Menu— clicando con el botón central del ratón sobre el escritorio. No me acaba de convencer este método, principalmente porque de los tres botones del ratón ése es el que me cuesta más pulsar; y, sin haber leído ningún estudio de usabilidad al respecto, sospecho que a mucha más gente le ocurrirá lo mismo. Y por lo visto aquí no se admiten cambios. Y luego resulta que el botón izquierdo, en principio más idóneo para una función de uso frecuente como ésta, ha quedado libre y sin uso.

Durante mis primeras semanas de aventura me contenté con usar Blackbox tal y como los autores lo presentaron al mundo, sin más añadidos que unas pocas dockapps; después decidí instalar Bbkeys —para disponer de atajos de teclado configurables— y un pager —Bbpager, obvio—. No aportan nada realmente imprescindible, pero hacen el entorno más versátil y amigable. Curiosamente, Bbkeys requiere casi tanta memoria RAM como el gestor de ventanas en sí, algo un tanto inesperado para un programita que en teoría sólo recibe combinaciones de teclas y a continuación ejecuta otros. Respecto a Bbpager, tiene el acierto de que lee los colores del tema gráfico actual de Blackbox y dibuja con ellos su interfaz, de modo que suele encajar en el escritorio sin retoques por parte del usuario.

Ya metido en faena, probé por curiosidad otras herramientas. Bbconf, por ejemplo, prometía una configuración mediante menús y diálogos de todos los detalles de Blackbox; abandonado en 2003, a duras penas pude compilarlo y por supuesto no funcionó. Con Bbappconf tuve otra experiencia parecida. Así que una parte de ellas no ha envejecido bien.

Respecto a los temas gráficos haré una advertencia: no todos funcionan correctamente, al menos no sin alguna modificación. La versión 0.70.0 de Blackbox introdujo cambios sustanciales respecto a las anteriores, y algunas de las etiquetas empleadas para definir colores quedaron obsoletas. He de avisar también de que al gestor se le atragantan los ficheros de texto escritos en el formato de DOS y Windows, cosa a tener en cuenta si deseáis aprovechar temas diseñados para bbLean y similares; procesadlos mediante dos2unix o alguna herramienta similar. La raíz de este último problemilla se halla en una cuestión nimia con los caracteres que indican los finales de línea , en la que los diferentes sistemas operativos nunca se han puesto de acuerdo.

Nada más que añadir aquí, sigan caminando...

Opciones de personalización


Captura de Blackbox

Este estilo tan alegre se llama «Electric»; no recuerdo dónde lo encontré, lo siento.


El usuario puede elegir su modelo de enfoque favorito, y la posición del slit y el panel. Y por supuesto escribirse un menú principal a la carta, con las aplicaciones y funciones del gestor que desee.

Por otro lado están los temas gráficos o «estilos», que cambian los colores de la interfaz. Entre los cientos de ellos que todavía flotan por Internet hay de todo: creaciones muy elaboradas, con gradientes y relieves, y otras que se conforman con simples colores sólidos. La compatibilidad no siempre resulta perfecta, como ya hemos visto. Sin embargo, Blackbox es generoso con los errores y tampoco exige tal cosa: puede asimilar con resultados aceptables temas escritos para sus versiones antiguas, para sus clones de Windows, o incluso para Fluxbox. Lo único que no tolera son los fines de línea al estilo de DOS.

Mencionaré también que Blackbox incluye dos utilidades —bsetbg y bsetroot— para cambiar el fondo del escritorio, a las que recurren muchos estilos. Ojo, no lo hacen por sí mismas, sino que actúan de intermediarias con otras que ya tengáis instaladas en el sistema: wmsetbg, xsetroot, esa reliquia llamada Xloadimage, etc.

Ahora, entre las cosas que no es posible cambiar se encuentran los botoncitos de control de las ventanas, o las asociaciones de los menús y los botones del ratón; tendréis que conformaros con lo que decidieron aquí los autores.

La parte más fundamental de la configuración puede realizarse desde el propio menú principal, lo cual está muy bien. Para otras cuestiones —la más importante, el contenido del menú— deben editarse a mano los ficheros de texto ~/.blackboxrc y ~/.blackbox/menu. No es un asunto complicado, ambos emplean una sintaxis comprensible a la primera ojeada. Ya como curiosidad, Fluxbox heredó esa sintaxis y la hizo ligeramente más sofisticada; así que configurar los dos gestores viene a resultar un proceso similar.

Documentación

Blackbox incluye tres páginas de manual: una para el gestor propiamente dicho, y dos para los programitas adjuntos que colocan los fondos de escritorio. Bastan para que el usuario aprenda lo imprescindible, aunque adolecen de algunas omisiones —cómo meter separadores en los menús, por citar una—.

La gente que quiera profundizar más, escribir sus propios temas gráficos y esas cosas, debería encaminarse a la página oficial y leer la documentación que hay allí . Bastante exhaustiva y bien organizada.

Aciertos

Inconvenientes

Conclusión

Blackbox ha permanecido abandonado mucho tiempo, y en todos esos años ha sido paulatinamente eclipsado por sus descendientes Fluxbox y Openbox. Resulta el más ligero de los tres —al menos hasta que ejecutas Bbkeys—, aunque también el más parco en funcionalidad. Sólido y coherente, quizás con alguna faceta por pulir. Lo único que pasa es que no se me ocurre ningún motivo de peso para preferirlo a Fluxbox: éste puede hacer exactamente lo mismo y luego un poquito más, y creo que tomaron la decisión correcta implementando una barra de tareas de verdad.

Galería de imágenes

Unas cuantas capturas más para darle colorido al texto y que no quede tan aburrido:

Captura de Blackbox

Una estética invernal, que siempre apetece cuando el invierno ya ha quedado atrás... Acabo de ganar una partida al Dream Chess , un bonito ajedrez con gráficos por OpenGL, y estoy escuchando música con el antiguo XMMS.

Captura de Blackbox

Y ahora os presento el estilo «NightBlueFlat», creo recordar que diseñado originalmente para BB4Win; el fondo lo pesqué en Caedes . Hay un teclado virtual —Xvkbd—, y mis dockapps de siempre en la esquina superior derecha.

Captura de Blackbox

Esta imagen muestra dos aplicaciones poco conocidas: Xplanet en primer plano, y el arcaico Xhippo reproduciendo canciones de Lyudmila Zykina y mostrando texto en cirílico en una terminal. Bbpager aparece en su rinconcito abajo, a la derecha.

Captura de Blackbox

Blackbox 0.70, allá por el año 2005. El panel ha sido desactivado y sustituido por otro en el borde superior de la pantalla: yo diría que el de Gnome, aunque no estoy muy seguro. (La captura no es mía, procede de Xwinman.org )

Captura de Blackbox

He usado Blackbox como gestor de ventanas desde 1998. Tomada en 2007, muestra el gestor con una relajante decoración verde y corriendo en OpenBSD. (La captura no es mía: fuente ).

Captura de Blackbox

Una versión antigua de Blackbox funcionando bajo NetBSD, probablemente en una estación de trabajo de DEC . Lo único novedoso aquí es la presencia de Bbmail en la esquina inferior derecha. (La captura no es mía: fuente ).

Recursos adicionales

Para las personas que se hayan enamorado de este gestor de ventanas y quieran sacarle todo el partido posible:

bbkeys :: a blackbox keygrabber
El sitio oficial de Bbkeys, ideal si deseáis atajos de teclado en Blackbox. ¿Hace falta decir más?
bbtools (en el repositorio de Sourceforge)
Bbtools es un conjunto de pequeños accesorios independientes para complementar Blackbox. El que despertará más interés supongo que será el ya mencionado Bbpager, pero hay cerca de diez más. Nótese que se trata de código viejo y en algunos casos difícil de compilar en sistemas modernos.
*box News & Screenshot Repository
Capturas de pantalla y más de dos mil temas diferentes para Blackbox, Fluxbox y sus descendientes para Windows; sí, habéis leído bien, dos mil...

 

Artículo escrito el 22 de mayo de 2015.


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