• IceWM

Versión analizada

1.3.7, publicada en octubre de 2010. Ha aparecido otra más reciente a finales de 2013.

Página oficial

http://www.ice-wm.org/
https://github.com/bbidulock/icewm

Estado actual

Mirando el historial de versiones puedo deducir que de 2010 a esta parte el ritmo de desarrollo de IceWM ha bajado considerablemente: desde entonces sólo ha visto la luz la versión 1.3.8. No parece haber mucha actividad ahora. De todas formas, éste es un gestor muy conocido y con usuarios numerosos, así que tampoco cabría decir que está muriendo. Sí se aprecian síntomas de agotamiento, sin embargo.

Utilizado como escritorio por defecto en algunas distribuciones minimalistas de Linux, como Absolute Linux o AntiX ; aunque en otras ha sido descartado en favor de JWM o entornos como LXDE.

Características resumidas

Esc. Virtuales Menús Iconos Temas Dockapps At. de teclado Barra de tareas
No No

Descripción


Captura de IceWM

Una edición antigua de IceWM corriendo en otra edición antigua de Knoppix: tomé la captura allá por 2005. El gestor en esencia es así, aunque obviamente existen temas visuales más elaborados.


IceWM es uno de los gestores de ventanas más antiguos que siguen en desarrollo hoy: sus primeras versiones vieron la luz allá por 1997. Nació con la idea de llevar a Unix las interfaces de OS/2 y Windows 95. Según explicaba el autor, Marko Macek, en el manual :

«El objetivo de IceWM es proveer un gestor de ventanas pequeño, rápido y familiar para el X Window System. [...] La configurabilidad extrema de FVWM y otros gestores NO es el objetivo».

Y por ello cuenta con dos atracciones principales: un panel —colocado inicialmente en el borde inferior de la pantalla, aunque eso puede cambiarse— y un menú con el que lanzar aplicaciones. El primero incluye botones de inicio rápido para vuestros programas más usados, un control para navegar por los escritorios virtuales, una barra de tareas, indicadores del estado del sistema —carga de la batería, actividad de la red, etc—, y un reloj. Vamos, a grandes rasgos como en Windows: sólo faltan los tan recurridos iconitos en el escritorio, si bien se trata de una característica que los gestores de ventanas no suelen implementar y delegan en otras herramientas.

Sí, es verdad: IceWM no pretende ofrecer todas esas locas opciones de configuración del mencionado FVWM. Pero sí permite que el usuario ajuste a su gusto lo fundamental: modelo de enfoque, posición del panel, atajos de teclado... Para ello existe el directorio oculto .icewm, situado en la carpeta raíz de cada usuario. Éste guarda todos los archivos de configuración necesarios —keys, menu, etc—; son ficheros de texto plano, bastante fáciles de entender y modificar.

Lo que trae también IceWM son temas gráficos. La instalación por defecto viene con once. Varios de ellos emulan interfaces de escritorio clásicas: Windows 95, OS/2 Warp 4, entornos basados en Motif... Podéis cambiar de uno a otro desde el menú de inicio.

Primeras impresiones

Me quedan muy, muy lejanas. Probé IceWM por primera vez en 2005, en una versión antigua de Knoppix; se trataba de uno de los gestores que venían con la instalación básica, junto a Fluxbox y Larswm.

Ese Knoppix fue, ya de paso, mi puerta de entrada a GNU/Linux. Creo que tardé tres días en cargarme la instalación haciendo el indio con Apt, porque yo soy así de manazas. Como también soy persistente, volví pronto a la carga.

Bien, el caso es que por aquel entonces yo utilizaba un Pentium II con 96 MB de RAM, y un escritorio tan completo como KDE 3 quedaba por encima de las posibilidades de ese ordenador. Así que durante un corto periodo de tiempo —vamos, hasta que le cogí el tranquillo a Fluxbox— subsistí con IceWM. Para un refugiado de Windows como yo resultaba tentador por su parecido con la interfaz de Microsoft: no requería aprender conceptos nuevos ni cambiar sustancialmente de hábitos. Además, la gente de Knoppix ya se había preocupado de preparar una configuración usable, así que yo tampoco tuve que indagar demasiado.

En fin, tienes tu menú de aplicaciones y tu barra de tareas. Su funcionamiento por defecto no se aleja demasiado del escritorio de Windows, que sirve casi de «estándar» con el que la mayoría nos hallamos familiarizados; el modelo de enfoque por defecto es el mismo, y en la mayoría de los temas los botones de control de las ventanas también. Visualmente sí resulta distinto, con formas más cuadradas, menos gradientes, y un aspecto general reminiscente de la informática de los años noventa; aunque viendo en qué dirección ha ido evolucionando el gusto estético de Microsoft desde Windows XP y sus colores para teletubbies, esto se me antoja todo un acierto.

Usando IceWM


Captura de IceWM

Y así lucía IceWM en mi portátil, en enero de 2013. Un fondo de escritorio chulo y Conky ejecutándose en la esquina superior derecha.


En 2013 por fin me decidí a instalar Linux en mi ordenador portátil, y se me presentó la duda: ¿qué gestor elegir? Vale, empecemos por algo que sea más o menos cómodo con un miserable touchpad... ¿JWM? ¿Fluxbox? El primero no me resultaba entonces muy conocido; y el segundo requiere su tiempo haciendo ajustes de configuración, y además se le saca mucho más provecho con un ratón de tres botones. Así que me acordé del viejo IceWM..., y ahí sigue ahora, después de dos años de uso ininterrumpido.

Aunque no se encuentre entre los gestores realmente minimalistas, es pequeño. Funcionaba como un cohete en aquel Pentium II, y en mi portátil de doble núcleo corre a la velocidad de la luz. Es modesto: está ahí, con su aspecto plano y su comportamiento predecible, y lo utilizas sin darte cuenta.

La configuración no resulta complicada, y al menos el modelo de enfoque puede cambiarse desde el propio menú. Quizás sí algo tediosa: por ejemplo, el fichero ~/.icewm/preferences consiste en una larga, larga enumeración de opciones con sus posibles valores —algunas bastante exóticas—, y revisarlo en su totalidad lleva su tiempo. Por suerte se halla bien comentado para que nadie se pierda.

Tampoco penséis que IceWM pretende ser algo así como una réplica de la interfaz de Windows. Ofrece también posibilidades más típicas de los entornos gráficos de Unix, como escritorios virtuales o que el foco siga al puntero del ratón; esto último lo considero casi imprescindible en mi ordenador de mesa, aunque en el portátil me resulta incómodo. Otras características poseen una utilidad más remota, como enrollar ventanas —al estilo del Mac OS clásico—, separarlas por capas u organizarlas en mosaicos. El asunto, pues, es que estamos hablando de un gestor más flexible y adaptable de lo que aparenta al primer vistazo.

Los indicadores de la barra de tareas no supondrán una gran revelación para nadie, pero muestran de forma muy concisa una información que nunca está de más. Son opcionales, de todos modos. Hay un medidor del trabajo de la CPU, otro del tráfico de la red, y otro más de la carga de la batería —si corresponde—. Es posible complementarlos mediante icewmtray, la bandeja del sistema que incluye IceWM; ésta por defecto no se ejecuta, sin embargo, y hay que iniciarla de forma manual.

Y creo que ya no se me ocurre nada más que comentar aquí. Seguiré usando IceWM en mi portátil durante bastante tiempo porque se me antoja un buen compromiso: funciona, a su manera humilde.

Opciones de personalización


Captura de IceWM

IceWM usando el tema «Warp4», inspirado en la edición de OS/2 del mismo nombre. Captura tomada en 2013. Me dispongo a perder un poco el tiempo por los mundos salvajes de Minecraft.


Pues la configurabilidad extrema de FVWM no será el objetivo del autor, mas aun así existe un amplio margen para que el usuario adapte IceWM a sus necesidades.

Comencemos por los temas. Modifican en profundidad la estética de la interfaz, pero no sólo eso: también algunos detalles más funcionales, como qué botones de control se mostrarán en las ventanas. Son muy fáciles de aplicar, seleccionándolos en el apartado correspondiente del menú de inicio. Y si los que vienen con la instalación inicial no os convencen, por Internet circulan muchos, muchos más. IceWM es capaz de dibujar gradientes de color, o decoración elaborada mediante imágenes en formato XPM —esto último permite incluso transparencias—; no, no tiene por qué resultar aburrido.

Por lo demás, los cambios que todo el mundo querrá hacer son los concernientes a la usabilidad: modelo de enfoque, aplicaciones disponibles para lanzar desde el menú o los botones de inicio rápido, atajos de teclado, escritorios virtuales..., todas esas cosas. Ciertamente hay muchos arreglos posibles.

Los ficheros de configuración se guardan dentro del directorio oculto ~/.icewm. No tengo gran cosa que decir de ellos: emplean una sintaxis sencilla y pueden modificarse sin mayores dolores de cabeza con cualquier editor de texto. Los principales son preferences, menu y keys. Luego están toolbar, para especificar qué botones de inicio rápido deseáis, y winoptions, que permite hacer ajustes para programas concretos —por ejemplo, eliminar el botoncito de maximizar de la paleta de herramientas de GIMP—.

Documentación

Con el gestor se adjunta una corta página de manual, que explica lo más básico. No iréis muy lejos con ella, aunque puede ser un buen punto de partida.

Por suerte el autor escribió también una completa guía en formato web, que detalla el funcionamiento y configuración del gestor. Consta de una veintena de páginas HTML. Es posible encontrarla dentro del directorio doc del código fuente, o bien acceder a la copia publicada en el sitio oficial de IceWM . Escrita en 2006, quizás se halle a estas alturas algo desfasada.

Aciertos

Inconvenientes

Conclusión

IceWM es algo soso, no sabría concretar exactamente por qué. No hay sorpresas ni ideas innovadoras, ni siquiera presenta algún rasgo que sobresalga. Así que lo utilizas como una buena herramienta, sin darte cuenta, sin reparar en él. Carece de planes ambiciosos. E igual se debe a todo esto que resulta tan efectivo en su función.

En fin, creo que se trata de uno de los gestores de ventanas más accesibles para los usuarios novatos, y más si consideramos su semejanza con interfaces tan conocidas como la de Windows.

Galería de imágenes

Más capturas de pantalla de IceWM en funcionamiento:

Captura de IceWM

IceWM más ROX Filer —para mostrar los iconos en el escritorio—, en la edición 5.1 de Vector Linux. Y una terminal transparente: por aquellos años me gustaban mucho.

Captura de IceWM

Por supuesto existe un tema visual que imita la interfaz de Windows 95, aunque no lo haga con mucha exactitud. Tomada en 2016, en Vector Linux 5.9.

Captura de IceWM

Un escritorio sencillo y relajante de tonos azulados. El menú de operaciones de ventana está desplegado. (La captura no es mía: fuente ).

Captura de IceWM

Tema de color verde supuestamente basado en Emacs. Como veis, el panel también puede colocarse en el borde superior de la pantalla. (La captura no es mía: fuente ).

Captura de IceWM

IceWM en AntiX, una distro de GNU/Linux concebida para ordenadores anticuados. De nuevo en combinación con ROX Filer para colocar iconos de inicio en el escritorio. (La captura no es mía: fuente ).

Captura de IceWM

Por último, el gestor funcionando en OpenBSD. Arriba aparece un panel para lanzar aplicaciones, probablemente el de ROX. (La captura no es mía: fuente ).

Recursos adicionales

¿Acabas de empezar con IceWM o te apetece curiosear un poco más? Lugares recomendables que visitar:

Stuff for your Windowmanager - Box-Look.org
Temas para varios gestores de ventanas, muchos temas; entre ellos más de doscientos para IceWM. Por supuesto no pueden faltar más réplicas de las interfaces de Windows.
Manual de IceWM
Lo he enlazado ya dos veces a lo largo del texto, pero lo dejo también aquí para que nadie lo pase por alto, o para posibles visitantes que lleguen aquí desde un buscador. Pese a que deja algún detalle menor por explicar, se trata de una guía muy adecuada para consultar dudas.

 

Artículo escrito el 23 de octubre de 2014.


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