• Metacity

Versión analizada

2.28.1, publicada en enero de 2010. En el momento de escribir esto hay disponibles versiones más modernas, la última de ellas —2.34.13— aparecida en octubre de 2012. No las he probado porque no me apetece actualizar GTK2.

Página oficial

No existe tal cosa, y además por decisión deliberada de los autores. Lo más parecido es:

http://blogs.gnome.org/metacity/ (sin actualizar desde 2011)
ftp.gnome.org/pub/gnome/sources/metacity (descargas)

Estado actual

Metacity ha sido durante años el gestor de ventanas empleado por defecto en Gnome, cosa que garantizó un crecimiento y un mantenimiento constantes. Sin embargo, en Gnome 3 ha sido reemplazado por otro gestor diferente, llamado Mutter. Y en julio de 2009 los autores anunciaron que cesarían su desarrollo, salvo para rectificar errores.

Esto significa que Metacity se encuentra, por expresarlo así, congelado: aparece de cuando en cuando alguna versión nueva, pero no se esperan añadidos ni cambios importantes, sino sólo correcciones. La gente de Gnome lo considera un proyecto superado.

Por supuesto, continúa tratándose de una pieza de software muy conocida y ampliamente utilizada, aunque sólo sea por todas esas miles de instalaciones de Gnome 2 que siguen funcionando por todo el mundo. Y debo añadir que, a consecuencia del «cisma» provocado por Gnome 3 —básicamente, «estáis cambiando demasiadas cosas por razones que no compartimos, así que en lugar de seguiros como patitos, vamos a trabajar por nuestra cuenta con el viejo Gnome 2, cambiándole si acaso el nombre por el de Mate Desktop »—, ha surgido Marco, un derivado de Metacity concebido para Mate que probablemente contará con un desarrollo más activo.

(Nota de marzo de 2016: Actualmente existe toda una serie de versiones de Metacity para GTK3, así que después de todo el proyecto no se hallaba tan «congelado» como daban a entender los párrafos anteriores y ha continuado activo).

Características resumidas

Esc. Virtuales Menús Iconos Temas Dockapps At. de teclado Barra de tareas
No No No No

Descripción


Captura de Metacity

Metacity usando el tema visual que viene activado por defecto. Hay una terminal transparente (Aterm), una ventanita de Xnetload para controlar la actividad de mi conexión a Internet, y un fondo de escritorio dedicado al entrañable Renault 4 .


Casi desde sus inicios, allá por 2002, este gestor de ventanas creció de la mano de Gnome; así que no creo que se sorprenda nadie si digo que a grandes rasgos están pensados el uno para el otro. Porque Gnome 2 es un mosaico de piezas más pequeñas —bibliotecas con las funciones básicas, accesorios diversos, etc— marchando en armonía, y Metacity una de ellas. Sin embargo, es posible usar el entorno de Gnome sin Metacity —hay quien lo reemplaza por otros gestores como Window Maker u Openbox—..., ¡y también Metacity sin Gnome!

Así que, ¿qué tal se desenvuelve Metacity en solitario?

Los autores —Havoc Pennington, principalmente— lo describían como un gestor de ventanas aburrido para el adulto que hay en ti. El objetivo de su trabajo consistía pues en preparar una interfaz simple y predecible, con la funcionalidad estrictamente necesaria y nada más. ¿Conocéis FVWM 2, con todos sus módulos y ese universo ilimitado de opciones que ofrece? Pues Metacity busca exactamente lo contrario; y, salvando las distancias, va en la dirección de gestores minimalistas como Karmen. En palabras de los responsables:

«No existe página oficial de Metacity. Y esto se debe a la misma razón por la que no hay un logotipo vistoso: Metacity se esfuerza por ser discreto, pequeño, estable, cumplir su función y mantenerse al margen de vuestra atención».

Así que no incluye ningún sistema de menús, ni barra de tareas, ni iconitos para el escritorio: nada de florituras. Metacity gestiona ventanas. Es decir, les añade decoración y botoncitos de acción para que el usuario pueda trabajar con ellas —arrastrarlas, minimizarlas y demás—. Y no pretende ir mucho más allá.

Aunque he de aclarar que, vaya, en cierta medida sí que lo hace. Por ello, ofrece atajos de teclado personalizables, y escritorios virtuales. Y un cuadro de tareas similar al que aparece en Windows cuando uno pulsa [Alt] + [Tab] —y que aquí se invoca del mismo modo—, muy útil para hacer accesibles las ventanas que hayan quedado en segundo plano. Ah, sí, y temas gráficos, que os permiten cambiar a vuestro gusto la apariencia del escritorio.

El concepto minimalista de Metacity podría inducir a pensar que nos hallamos ante un gestor ligero y con unos requerimientos muy reducidos... Pero, comparado con otros programas de su clase, no sucede exactamente así: si bien Metacity puede prescindir de Gnome, cuenta en cambio con bastantes dependencias, entre ellas GTK2 y todo lo que conlleva. Esto hace que en principio resulte un poco más exigente que gestores mucho más completos como Window Maker o..., sí, FVWM 2. Tampoco supone un detalle de mayor relevancia, claro, en casi cualquier ordenador que tenga menos de diez años.

El último punto que me quedaría por aclarar es la configuración. Metacity no recurre a archivos de texto plano ni a opciones de ejecución, sino a GConf, el sistema de configuración de Gnome 2. Y GConf es, a grandes rasgos, una especie de base de datos central que guarda las preferencias de todas las aplicaciones compatibles con dicho entorno de escritorio: parte de una premisa parecida a la del Registro de Windows, pero resulta mucho más fácil para el usuario de comprender y editar. Ahora, esto implica que para hacer ajustes en el comportamiento del gestor, en ausencia de Gnome, tendréis que recurrir a herramientas especiales para modificar los valores almacenados en GConf.

Instalación

Ya he dicho que, en principio, no es necesario Gnome para utilizar Metacity: con disponer de GTK2 y GConf bastará. Las versiones modernas del gestor pueden requerir también alguna dependencia más exótica, como libcanberra.

En todo caso, os recomiendo que recurráis a vuestros gestores de paquetes. Compilar el código fuente de Metacity está muy bien para prepararos una instalación a medida, pero resulta engorroso debido a incompatibilidades entre ciertas versiones del gestor y otras de GTK2. Así que es un juego de prueba y error, hasta encontrar la combinación adecuada. Yo probé con cuatro versiones de Metacity antes de llegar por fin a la 2.28.1, que pude compilar sin problemas con GTK2 2.16.6.

Primeras impresiones


Captura de Metacity

Otro tema, sutilmente distinto al anterior. Sobre todas las ventanas y en el centro de la pantalla puede verse el indicador de los escritorios virtuales, que aparece fugazmente al pasar de uno a otro.


Mi sesión inaugural comenzó con una terminal desde la que ir ejecutando mis programas, a falta de otros métodos —ya he dicho que Metacity carece de menú de aplicaciones—. Vamos, igual que hacía con Karmen o 9wm..., aunque a cambio de un consumo mayor de recursos del ordenador. No me impresionó, vaya.

Para comenzar a desenvolverme necesité una lectura rápida a la «documentación»: el archivo README que viene con el código fuente —aunque Metacity incluye una página de manual, ésta no sirve como guía de uso—. Y ya con los atajos de teclado claros, y un programa adecuado para editar la base de datos de GConf —usé GConf-editor —, comencé a sentirme un poco más cómodo.

En realidad, el teclado es importante. Moverse de un escritorio virtual a otro, por ejemplo, sólo puede hacerse empleando un par de combinaciones de teclas reservadas a tal efecto. La inexistencia de menús o barras de tareas, además, os forzará a recuperar ventanas minimizadas o en segundo plano mediante el cuadro que aparece al pulsar [Alt] y [Tab]. No resulta difícil acostumbrarse, sin embargo: los atajos de teclado estrictamente necesarios no son más de tres o cuatro.

¿Más cosas? Oh, el movimiento opaco de las ventanas y clicar para enfocarlas no me gusta. Lo remedié rápidamente con ayuda de GConf-editor.

Usando Metacity

Metacity no necesita a Gnome, cierto, pero parece concebido para él: el escritorio de Gnome lo completa con paneles, menús y otros accesorios. En solitario resulta un entorno de trabajo austero y quizás un tanto arisco. Giles Orr lo describió hace años como casi incapacitado sin Gnome ; y aunque esto es exagerar un poco, a grandes rasgos sí funciona como un gestor minimalista, de esos que hacen lo mínimo y no le presentan al usuario una opción de más.


Captura de Metacity

Compilando los controladores de una antenita wifi en un escritorio verde. Reconozco que las terminales transparentes no son tan gran idea porque cuesta un poco leer el texto en ellas. El tema usado aquí es «Tango-green».


De todos modos, siempre tenéis la posibilidad de agregar complementos externos a vuestras sesiones. ¿Un panel o barra de tareas? Probad Fbpanel, por ejemplo. ¿Un pager para controlar mejor los escritorios virtuales? Fbpager, o Netwmpager... Existen muchos programitas interesantes para cubrir este tipo de necesidades, vaya. Yo descubrí que la carencia de menús de este gestor quedaba suplida —y de sobra— con Dmenu , un maravilloso y práctico híbrido entre menú y línea de comandos que se convirtió en mi vía favorita para lanzar aplicaciones. Además, como Metacity cumple con bastante exactitud los estándares para interfaces de escritorio en Unix —ICCCM, EWMH—, esta clase de pequeños accesorios suelen comportarse como se espera de ellos, sin fallos.

Lo cierto es que con Dmenu y unos cuantos atajos de teclado bien escogidos —[Windows] + T para invocar una nueva terminal, [Windows] + R para ejecutar una nueva instancia de mi explorador de archivos, etc— mis días con Metacity se hicieron mucho más llevaderos. Y a partir de entonces empecé a reparar en una serie de detallitos que revelan más sofisticación de lo que me pareció a primera vista: colocación inteligente de las ventanas, posibilidad de ceñirlas a los límites de la pantalla o a los bordes de otras ventanas, etc. Mientras que mucha gente los considerará tonterías sin importancia, yo siempre los agradezco porque encuentro que hacen mis sesiones de trabajo un poquito más confortables. Así de maniático soy: por alguna razón me gusta ver a Aterm alineada en el borde superior izquierdo del escritorio y sin desperdiciar un píxel.

La configuración mediante GConf posee ventajas e inconvenientes. Entre las primeras, el hecho de que los cambios que hagáis suelen tener efecto instantáneamente, sin necesidad de reiniciar el gestor; o que puedan efectuarse mediante una interfaz gráfica más o menos comprensible como la de GConf-editor. Y entre los segundos... GConf se ejecuta junto con Metacity, y requiere unos megabytes adicionales de memoria RAM; e impone además el uso de herramientas específicas —el mencionado GConf-editor, o desde la línea de comandos gconftool-2— para llevar a cabo cualquier ajuste, por trivial que sea. A qué le deis más relevancia depende de vuestras preferencias.

No se me ocurre mucho más que decir, lo cual tal vez indique que los autores tenían razón: Metacity es un programa aburrido que cumple discretamente su labor. Si esto resultase cierto también para todos los demás, viviríamos en un mundo mejor...

Ah, esperad, la disponibilidad de temas gráficos rompe un poquito con esa imagen de sobriedad alemana. Ahora mismo pasaré a hablar de ellos.

Opciones de personalización


Captura de Metacity

Poco que describir aquí, la verdad. Como veis, Metacity carece de barra de tareas y se presenta así de austero.


No son numerosas; ya dije más arriba que no estamos hablando de un gestor que pretenda satisfacer casi cualquier antojo del usuario, por excéntrico que sea. Metacity, pues, permite ajustar los aspectos básicos de su comportamiento —modelo de enfoque, botoncitos de acción que mostrarán las ventanas, número de escritorios virtuales, etc—, y definir atajos de teclado a vuestro gusto para ejecutar programas o realizar operaciones.

Respecto a los temas gráficos, como ya imaginaréis cambian el aspecto de la decoración que dibuja Metacity. Se incluye un pequeño surtido en la instalación por defecto —aunque no sé si los paquetes que distribuyen las diferentes distribuciones de Linux lo harán también—. Y en Internet hay disponibles muchos, muchísimos más: yo me divertí durante un par de tardes probando los que más me llamaron la atención. Algunos se ajustan a la combinación de colores que utilice vuestro tema actual de GTK2, mientras que otros traen colores propios.

Como ya he explicado, para configurar Metacity necesitáis editar la base de datos de GConf mediante las herramientas adecuadas. Con GConf-editor esto puede hacerse de un modo sencillo mediante una interfaz gráfica. Más fácil todavía es el uso de Metacity-setup , un pequeño programa pensado para efectuar de forma visual los ajustes más elementales —tema gráfico, modelo de enfoque y poco más—; lleva años abandonado en Sourceforge, y se creó para las versiones antiguas del gestor..., pero yo lo he probado sin inconvenientes.

Documentación

La suficiente, pero mal organizada. La página de manual es muy corta y no aclara gran cosa —se limita a describir someramente las cinco o seis opciones de ejecución de Metacity—, mientras que las instrucciones de uso se hallan en el archivo README del código fuente.

Aciertos

Inconvenientes


Captura de Metacity

La captura muestra a GConf-editor en acción: estoy usándolo para definir mis atajos de teclado.


Conclusión

Metacity es un gestor discreto, que se conforma con cumplir las funciones esenciales en el manejo de ventanas. Para todo lo demás están los accesorios que añade Gnome..., u otros desarrollados de manera independiente —paneles como Tint2, etc—. Eso sí, lo que hace, lo hace bien.

Recursos adicionales

Visitas interesantes para futuros usuarios de Metacity:

Eyecandy for your GNOME desktop - GNOME-Look.org
La página está dedicada a temas visuales para las diferentes partes del escritorio de Gnome —GTK en sus diversas encarnaciones, Nautilus, etc⏼ y otras aplicaciones relacionadas. Y ofrece por lo tanto abundante material para Metacity.
Metacity-setup (Sourceforge)
Este programa para configurar Metacity resulta muy básico y lleva ya largos años durmiendo el sueño de los justos, pero tal vez alguien lo encuentre útil, sobre todo si está empleando una versión antigua del gestor.
ftp.gnome.org
El código fuente de Gnome, dividido en paquetes por componentes y versiones de ellos. Metacity, GTK, GConf y GConf-editor están aquí. Aunque por supuesto es mucho más sencillo instalarlos desde los repositorios de vuestro sistema operativo.

 

Artículo escrito en noviembre de 2012.
Revisado el 30 de marzo de 2016.


[Apta para cualquier navegador]  [Cumple con el estándar HTML]  [Cumple con el estándar CSS]

Podéis copiar libremente cualquier contenido de esta página.
Mandad opiniones, sugerencias o saludos a sovietskayarodina@gmail.com.