0.4.0, publicada el 6 de noviembre de 2002.
He de mencionar que apareció, una semana más tarde, una versión 0.5.0 que no he probado, y que como gran novedad permitía agrupar ventanas mediante pestañas. Sin embargo, para confundir las cosas resulta que existe otra versión 0.5.0 diferente , de mayo de 2004, muy difícil de compilar en sistemas recientes: se apoya en Cairo , y requiere alguna edición antigua de dicha librería porque es incompatible con las actuales. Tampoco la he visto en acción.
http://www.freedesktop.org/wiki/Software/waimea/
http://sourceforge.net/projects/waimea (página antigua en Sourceforge)
https://github.com/bbidulock/waimea (mantenimiento en Github)
Se hizo con un modesto público en el punto álgido de su desarrollo, mas en estos momentos lleva ya muchos años abandonado, probablemente desde 2004 o como muy tarde 2005. Quizás flote todavía por algún repositorio de paquetes, aunque lo dudo. Fue sucedido por Kahakai, el cual a su vez pasó el testigo a OmegaWM y Aegis.
(Nota de junio de 2018: Compruebo que Brian Bidulock subió una copia del código a Github y efectuó algunos cambios para poder compilarlo en sistemas más o menos modernos. Esta actividad cesó en 2015).
Esc. Virtuales | Menús | Iconos | Temas | Dockapps | At. de teclado | Barra de tareas |
---|---|---|---|---|---|---|
Sí | Sí | No | Sí | Sí | Sí | No |
Mi primera sesión con Waimea, haciendo cambios sencillos en su configuración. Así luce, con esta agradable carita azul. Unas pocas dockapps en la esquina superior derecha.
Waimea es un retoño más entre la numerosa prole de Blackbox, y vio la luz seguramente en 2001. Como ya he comentado más arriba, tras unos pocos años de intensa evolución quedó súbitamente abandonado. Nunca se llegó a publicar una versión realmente estable, se trató más bien de un proyecto experimental en el que ir ensayando ideas. La segunda versión 0.5.0, la de 2004 —que, insisto, no he podido probar—, obtuvo cierta notoriedad porque con ella este gestor de ventanas fue el primero que utilizó la hoy omnipresente librería gráfica Cairo .
La pretensión básica de los autores —en realidad una persona, David Reveman, con colaboradores ocasionales— parece que fue ampliar las posibilidades estéticas del viejo Blackbox, y ya de paso añadir algo de flexibilidad a su funcionamiento. También es cierto que descartaron algunas de sus características, la más notoria de todas ellas el panel. En fin, las diferencias más importantes entre ambos gestores son las siguientes:
La decoración que Waimea agrega a las ventanas es configurable: de modo que uno puede, por mencionar un caso, añadir o quitar botones de acción. Por defecto éstos son tres: el de minimizar —en la esquina superior izquierda—, y los de maximizar y cerrar la aplicación —a la derecha—. Cambiar el tamaño de una ventana se realiza arrastrando con el ratón uno de los dos ángulos inferiores.
Como ocurría con su predecesor, el aspecto de Waimea —colores, transparencias, fondo de escritorio— resulta modificable mediante temas visuales. De hecho, la mayoría de los disponibles para Blackbox funcionan aquí casi sin cambios.
Comentaré también la capacidad de agrupar dockapps —pequeños accesorios cuadrados— en un rincón determinado de la pantalla. No se trata de una característica original: ya se implementó a principios de los noventa en NeXTStep , y de ahí pasó a Window Maker, y de éste a Blackbox con el nombre de slit
... Bueno, en Waimea se llama dockappholder
y al usuario se le permite definir varios, cada uno reservado para unas dockapps diferentes.
La configuración de Waimea se halla repartida por varios archivos de texto de fácil sintaxis. Los ajustes generales se especifican en el fichero oculto ~/.waimearc —en la carpeta raíz del usuario—, o bien para todo el sistema en /usr/share/waimea/config o /usr/local/share/waimea/config —dependiendo de la ruta elegida al compilar el gestor—. Luego existen otros que definen el contenido de los menús —menu— o las funciones de la interfaz, del ratón y del teclado —actions—; normalmente se guardan en /usr/share/waimea o /usr/local/share/waimea, pero lo cierto es que resulta posible cargar archivos alternativos al ejecutar Waimea desde la línea de comandos, o bien modificando las líneas adecuadas en ~/.waimearc. Me quedan por citar los directorios para los temas —/usr/share/waimea/styles o ~/.waimea/styles— y los scripts que puedan ser ejecutados mediante menús o atajos de teclado —/usr/share/waimea/scripts—.
Minimizar una ventana significa aquí enrollarla de modo que sólo quede visible el título. A la izquierda, mi menú de inicio. Nótense las transparencias.
Waimea me recibió con su estética predeterminada: un fondo de pantalla sencillo dibujado en tonos azules y grises, con un letrero que anuncia Waimea Window Manager
, y una decoración para las ventanas discreta y austera —aunque con transparencias—. Me recordó a Fluxbox sin su barra de tareas, sobre todo después de cargar cuatro o cinco de mis dockapps favoritas. Como en Fluxbox, encontré el clásico menú para lanzar aplicaciones al clicar con el botón derecho del ratón en el escritorio. Y también los mismos botoncitos de minimizar, maximizar y cerrar, aunque aquí distribuidos de un modo distinto.
Ahora, diez minutos después el gestor se quedó colgado, acaparando toda la actividad del procesador, y con él dejó congelada mi sesión gráfica: podía mover el puntero del ratón, pero mis clics y pulsaciones del teclado no surtían efecto alguno. No hubo más remedio que reiniciar el ordenador. ¿Un problema aislado? Pues... En realidad no, mi siguiente sesión duró otro cuarto de hora.
Compilé varias copias de Waimea, utilizando optimizaciones y versiones de GCC diferentes. Sin resultados: seguía colgándose tras un ratito de uso, normalmente cuando me disponía a arrastrar alguna ventana clicando en el título, o al desplazarme por alguno de los escritorios virtuales. «Pues vaya una mierda», pensé... Se me ocurre ahora que quizás el gestor no fuese tan inestable en los sistemas de 2002; mas en mi Vector Linux de 2007, con la edición 7.2 del X Window System, resulta inútil para cualquier uso serio.
Al final se me ocurrió la siguiente «solución» mongoloide: abrir una sesión remota por SSH desde otra máquina cada vez que Waimea se colgase, y volver a ejecutar el gestor desde ella. Incluso escribí un script en Bash para automatizar un poco el proceso. Con este método no sólo me ahorraba reiniciar el ordenador sino que, normalmente, ni siquiera perdía mi sesión de trabajo —porque suelo dejar reteniendo la sesión del X Window System a algún programita irrelevante pero estable, como por ejemplo un reloj—.
Por supuesto, ninguna persona sensata querría trastear con dos ordenadores y conexiones por SSH sólo para poder utilizar un entorno gráfico en uno de ellos. Yo, sin embargo, no tengo dos dedos de frente y además me apetecía de verdad curiosear.
Vale, he dejado claro que se trata de software inestable, que he logrado usar durante dos semanas sólo a base de persistencia y remedios imaginativos. Mi experiencia, al menos, con la versión 0.4.0 en mi sistema; la de otros usuarios con entornos distintos quizás sea diferente. ¿Algo más?
Como dije arriba, uno de los principales objetivos del autor fue añadir versatilidad a Blackbox. De modo que detalles que en aquél venían ya predeterminados —número, posición y funciones de los controles de las ventanas, por citar uno— aquí sí admiten cambios. ¿Deseáis añadir un botoncito que sirva para que su ventana madre quede siempre por encima de las demás? Pues en Waimea es posible... Aunque quizás no muy sencillo: el usuario debe modificar el tema gráfico que esté usando para crear el botón en sí, y luego el fichero de «acciones» —salvo que se haya especificado otro, /usr/share/waimea/actions/action— para asignarle el efecto deseado.
Y éste es un colorido tema llamado «Bivouac». Abajo, a la izquierda, una selección de dockapps ligeramente distinta. Y arriba Ipager me ayuda con los escritorios virtuales.
Y ahí reside un poco el problema: sí, existe mucha flexibilidad, aunque llevada a la práctica de un modo un tanto tosco. Imagino que Reveman y sus ayudantes hubiesen pulido las aristas más obvias de haber continuado con el proyecto. Separando, por ejemplo, de una forma más nítida las preferencias estéticas de las referentes al comportamiento de la interfaz —se me ocurre que los temas visuales no deberían nunca meter las narices en la segunda categoría—; o quizás elaborando un sistema más simple y coherente de configuración.
El caso es que no sabría precisar exactamente qué me incomodaba, pero mientras hacía mis ajustes no dejaba de sentir que estaba manipulando una especie de Frankenstein improvisado por acumulación de ideas. De modo que, como en Blackbox, puedo escoger un tema a mi gusto desde el menú de inicio; mas esa elección será descartada la próxima vez que reinicie el gestor, ya que éste al arrancar leerá siempre el tema especificado en ~/.waimearc, y lo que uno haya seleccionado en sesiones anteriores en el menú no queda escrito en dicho archivo. ¿Veis? Ése es el tipo de inconsistencias al que me refiero... Ésta en concreto pienso que sería subsanable ingeniando algún script, y sin embargo ya la tenemos: se trataría de una implementación chapucera por parte del usuario de una solución que seguramente debería formar parte de Waimea.
Por lo demás, enrollar ventanas no me parece tan práctico como ocultarlas y recuperarlas desde un menú o una barra de tareas; más que nada porque, después de minimizarlas de esta forma, se hace necesario mover sus títulos a un rincón concreto del escritorio en el que queden fácilmente accesibles. A decir verdad, yo no recurrí demasiado a esta funcionalidad, y se me antojaba más natural ir extendiéndome por mis cuatro escritorios virtuales, reservando cada uno de ellos para una o dos tareas.
Y precisamente en lo que se refiere a escritorios virtuales Waimea ofrece muchas opciones, más de las que yo he necesitado nunca. Podéis invocar tantos como queráis. Podéis darles un tamaño que multiplique varias veces el área representada en el monitor. Podéis hacer que una ventana se muestre en todos ellos, o sólo en unos cuantos a vuestra elección... Uno de los colaboradores de David Reveman programó un paginador —bautizado como Wampager—, concebido para funcionar como una dockapp; resulta muy limitado, sin embargo, y decidí prescindir de él.
La posibilidad de crear submenús de forma automática a partir de la salida de scripts es una de esas características que se me antojan interesantes, aunque útiles sólo en casos ocasionales. Yo escribí uno —en Bash— que listase las imágenes guardadas en ~/.waimea/backgrounds para poder seleccionarlas como fondos de escritorio; más que nada a modo de prueba, porque tampoco se trata de un detalle que me hiciese falta realmente. Hay bastante potencial aquí: por ejemplo, el script procinfo.pl, que se adjunta con Waimea, muestra en el menú contextual de cada ventana información sobre el proceso al que pertenece, e incluso permite establecer prioridades o mandarle señales.
Sin nada más que comentar, es hora de pasar a...
¡Waimea se pensó para esto! Veamos, es posible modificar a vuestro gusto la estética del gestor: colores, tipos de letra, efectos como bordes con relieve o transparencias, etc. Es también posible ajustar las funciones de cada elemento de la interfaz —botoncitos de control de las ventanas y agarres de sus esquinas inferiores, componentes de los menús...—, o añadir unos y descartar otros. Y obviamente es posible adaptar el contenido del menú de inicio a vuestras necesidades; el de todos los menús, en realidad. De hecho, es posible inventar menús nuevos y absurdos y asociarlos a cualquier evento del teclado o el ratón o elemento dibujado por Waimea que se os ocurra.
Los temas facilitan mucho los cambios cosméticos, claro. No abundan los exclusivos para Waimea —circula todavía por Internet un paquete RPM que reúne unos cuantos —, pero los de Blackbox suelen funcionar sin apenas retoques; y los de Fluxbox quizás también. Muchos de estos temas tratan de colocar un fondo de escritorio mediante alguna herramienta externa —bsetroot
, fbsetbg
, etc—.
Y este tema es «BoxArt2». He abierto el menú contextual de esa ventana de Mrxvt, y en él puedo ver información sobre el proceso correspondiente —número, consumo de memoria— o enviarle señales.
Una extensa página de manual que explica todo lo necesario para configurar Waimea con éxito. Bien.
A estas alturas de 2015 Waimea es más bien una pieza de museo. Según mi experiencia ha resultado, por su inestabilidad, casi inutilizable sin recurrir a apaños chapuceros. Quizás ni siquiera funcione correctamente en los sistemas actuales..., aunque por otra parte veo que figura en el repositorio de paquetes de NetBSD con algunos parches, así que igual me equivoco y soy yo el que ha tenido mala suerte.
El caso es que lleva una década olvidado. Y a pesar de sus facetas positivas creo que sólo interesará a los lectores más curiosos. El usuario medio hará mejor quedándose con Fluxbox u Openbox, o tal vez Blackbox si quiere regresar a lo básico.
Más capturas de Waimea en acción para deleite de lectores curiosos:
Una pantalla concurrida, el menú de inicio desplegado. Destaca en primer plano el explorador de archivos Xfe . |
Pasé bastante tiempo con este otro escritorio azul, «BoxArt5», así como limpio y relajante. Las dockapps se hallan distribuidas en dos dockappholders sólo porque puede hacerse y, vaya, quería verlo. |
El tema «mood» trae decoración transparente y una fotografía del metro de París. De nuevo, muchas dockapps repartidas en varios lugares. (La captura no es mía, se tomó en 2003, y procedía de aquí ). |
Esta captura es del último desarrollo de Waimea, basado en la biblioteca Cairo, y la tomó el propio David Reveman. En el borde superior aparece el panel de Gnome, y hay iconos en el escritorio por obra de alguna otra aplicación. (La captura no es mía, procede de la antigua página oficial). |
Una estética remotamente inspirada en Mac OS X, controles diferentes para las ventanas de los definidos por defecto, dockapps y botones para lanzar programas en el extremo superior. (La captura no es mía: fuente ). |
También de las lejanas tinieblas de 2003, con vídeo de George W. Bush incluido, llega este otro escritorio basado en Waimea. (La captura no es mía: fuente ). |
Esta imagen no muestra nada realmente nuevo del gestor. Me gusta sin embargo porque revela algunos detalles del entorno de trabajo del autor. (La captura no es mía, procede de la antigua página oficial). |
Estoy jugando con las funciones de agrupar ventanas que incluía la versión 0.5.0 de Waimea. Las dos terminales de la izquierda comparten el mismo marco y se mueven juntas, mientras que del navegador Links existen tres réplicas accesibles mediante pestañas. |