• 9wm
• W9wm

Versiones analizadas

9wm: 1.1, publicada en 1994. Algo más tarde apareció una versión 1.2 preliminar.
W9wm: 0.4.2, publicada en 2003.

Páginas oficiales

9wm:

El primer enlace se trata de un homenaje póstumo al autor, fallecido en 2003, con las versiones antiguas para descargar. El segundo conduce al nuevo desarrollo emprendido en 2013.

W9wm:

http://www.drieu.org/code/w9wm.en.html

Estado actual

Abandonado desde los años noventa. Las distribuciones mayoritarias de Linux —Debian, Ubuntu, Fedora, etc— mantienen paquetes en sus respectivos repositorios, y también las variantes de BSD —NetBSD al menos sí—, así que supongo que todavía habrá gente que lo use, aunque no creo que sea mucha.

Sin embargo, este gestor posee una relevancia, digamos, «histórica». No tanto por su número de usuarios como por haber servido de base para otros gestores de ventanas: Larswm, Aewm, Lwm, etc.

(Nota de mayo de 2015: Resulta que un nuevo autor, Neale Pickett, retomó el proyecto en 2013 y ha publicado un par de versiones más —la última data del pasado enero—. Así que 9wm ha regresado inesperadamente de la tumba. Bienvenido sea otra vez entre los vivos).

Características resumidas

9wm:

Esc. Virtuales Menús Iconos Temas Dockapps At. de teclado Barra de tareas
No Parcial 1 No No No No No

1 Existe un único menú, utilizado para realizar operaciones con las ventanas —véase más abajo, en las capturas de pantalla—. Sólo eso, nada que el usuario pueda configurar.

W9wm:

Esc. Virtuales Menús Iconos Temas Dockapps At. de teclado Barra de tareas
No No No No No

Descripción


Captura de 9wm

9wm se revela en toda su gloria, con el menú original para manejar las ventanas desplegado, y un divertido fondo de escritorio: ¡un perro espacial persiguiendo un hueso también espacial! Ah, pero la vida es cruel, y nunca podrá cogerlo porque lleva puesta una escafandra...


9wm nació con una finalidad muy concreta: replicar en Unix la interfaz gráfica de Plan 9 , una austera pieza de software llamada 8½ —sí, «ocho y medio»—.

Claro, estamos hablando de principios de la década de 1990. Y además hay que añadir que entre las prioridades de Plan 9 nunca estuvo diseñar entornos gráficos vanguardistas y repletos de colorines: los arquitectos del sistema se centraron en asuntos menos vistosos, como la computación distribuida. Quiero decir, Plan 9 no es exactamente Mac OS o Amiga. Así que su 8½, y por lo tanto también 9wm, resulta de cara al usuario una interfaz bastante rudimentaria. O «minimalista», si preferís verlo así.

9wm no dibuja títulos para las ventanas; simplemente las adorna con un borde de color sólido, negro para las enfocadas y blanco para las que esperan en segundo plano. Y pensaréis, «entonces, ¿dónde se muestran los botoncitos para cerrar, minimizar y demás?». Muy simple: en ningún sitio. Este gestor no los necesita. Porque todas las operaciones con las ventanas se realizan seleccionando la acción apropiada en un menú, que pasaré a describir ahora mismo.

Así que, ¿queréis ocultar vuestro editor de textos? Pues invocáis el menú, elegís la opción correspondiente, y a continuación clicáis sobre su ventana. ¿Desplazar el reloj de una esquina a otra de la pantalla? El menú. ¿Cambiar el tamaño de la ventana del navegador? Insisto, el menú. De hecho, 9wm prescinde de un concepto tan básico como arrastrar las esquinas de una ventana para modificar sus dimensiones; pero a cambio nos ofrece el menú, el menú, el menú... Maldita sea, ¿he mencionado ya el menú?

Bueno, éste aparece al clicar con el botón derecho del ratón fuera de la ventana activa. Es estéticamente tan simple como podáis imaginar, y aparte de permitir las operaciones esenciales del gestor, sirve también para recuperar ventanas minimizadas o para crear otras nuevas —normalmente esto se emplea para ejecutar terminales como Xterm—. Y ya, no hay más que destacar sobre él.

Respecto al modelo de enfoque, 9wm se decanta por el clásico «clicar para enfocar», que todos conocemos por tratarse del método habitual de trabajo en Windows y Mac OS X. Ahora, aquí está implementado de una forma muy estricta; las ventanas inactivas nunca reciben eventos del ratón. Esto significa, por ejemplo, que si estáis usando vuestro explorador de archivos no es posible marcar enlaces en la ventana del navegador que tenéis justo detrás; para ello antes hay que enfocarla y traerla a primer plano.

¿Más cosas? Bueno, un detallito curioso y que obviamente no gustará a todo el mundo: la colocación de las nuevas ventanas es interactiva. Me explico... Cada vez que se abra una —por ejemplo, al arrancar un editor de imágenes desde una terminal, o al invocar el diálogo de «guardar archivo» de vuestro procesador de textos—, 9wm esperará a que vosotros la situéis en la pantalla mediante un clic de ratón.

En fin, todo esto —el manejo de las ventanas mediante un menú, el obligar al usuario a colocarlas manualmente en el escritorio— resulta actualmente muy arcaico. Probablemente los programadores que diseñaron los métodos de control del 8½ original trabajaron influidos por algunos de los primeros gestores de ventanas para Unix, como Uwm o Awm, que también venían a funcionar de la misma manera.

Y me queda explicar que 9wm carece de archivos de configuración. Sigue una filosofía opuesta a la de otros gestores como FVWM 2, que pretenden ofrecer de todo para todo el mundo: si os gusta cómo funciona perfecto, de lo contrario probad otro...

Primeras impresiones


Captura de 9wm

Una sesión normal de trabajo. El menú también permite recuperar las ventanas ocultas, que se muestran debajo de las cinco opciones básicas. Lo traduje al español haciendo unos sencillos cambios en el fichero menu.c del código fuente.


Clicar en las ventanas para enfocarlas no es un modo de trabajo que me guste mucho, después de años acostumbrado a que el foco siga al ratón —cosa que encuentro más ágil—. Así que entenderéis mi escaso entusiasmo al comenzar a usar 9wm. Pero no, de hecho fue todavía peor. ¿Colocación interactiva de las ventanas? ¿Y tener que manejarlas mediante un menú?

Durante mi primera sesión de trabajo recuerdo que pensé algo como «no creo que aguante con esto más de tres días».

Ojo, y yo tengo la mente abierta para este tipo de cosas... Hey, por eso mantengo una página llamada Galería de Gestores de Ventanas, y me someto voluntariamente a casi cualquier interfaz gráfica que un homínido privado de sueño haya podido diseñar en su mazmorra, como un cobaya diciéndoles a los científicos «¡metedme en otro laberinto!». Y no sólo estoy acostumbrado a los entornos minimalistas sino que, en general, los prefiero. Sin embargo, al principio 9wm me causó una impresión parecida a lo que debe sentir mi gata cuando la acaricio a contrapelo, de la cola a la cabeza.

Y ésa fue mi sensación. Ahora imaginad los pensamientos de un usuario típico de Windows Vista, KDE o Mac OS X que tuviera que enfrentarse sin previo aviso a 9wm... Resultaría divertido verlo, perversamente divertido.

Usando 9wm

Porque usar este gestor de ventanas equivale a hacer un viaje en el tiempo de veinticinco años. Sí, vaya, 9wm apareció algo después, en 1994; pero la interfaz que pretende replicar, la de 8½, es una creación de 1990 , y en ciertas facetas resultaba «tradicionalista» incluso entonces. Como ya he mencionado más arriba, algunos conceptos —manejar las ventanas seleccionando opciones en un menú— vienen de más atrás, de dinosaurios como el Uwm de 1985.


Captura de 9wm

9wm, con un reloj (clock, que viene incluido en Xview), un editor de textos (Leafpad) y Elinks ejecutándose en una terminal (Mrxvt).


Sin embargo, me ocurrió algo inesperado: después de un corto periodo de adaptación, ¡empezó a gustarme!

Claro, tuve que hacer concesiones y cambiar algunos hábitos. 9wm, como muchos ya intuiréis a estas alturas, se vuelve incómodo con bastante rapidez a medida que el usuario va añadiendo ventanas a la sesión. Y para contrarrestar esto decidí usar aplicaciones que funcionen con interfaces de pestañas. Ello implicó, por ejemplo, sustituir Aterm por Mrxvt, o XMMS —que divide su interfaz en dos pedacitos independientes— por Audacious 2. En realidad, sólo el cambio de terminal hizo ya el trabajo con 9wm mucho más tolerable.

Porque la terminal —bueno, vale, si nos ponemos pedantes, el emulador de terminal — será un elemento imprescindible para cualquier usuario de este gestor de ventanas. Tendréis que emplearla para lanzar vuestros programas, dado que 9wm carece de un menú que lo haga. Como mucho, existe la opción de «abrir nueva ventana», que podéis usar para invocar terminales o incluso pequeños lanzadores al estilo de Xrun o Xfrun4. En fin, se trata de una forma de funcionar que no gustará a todo el mundo, pero a mí no me supone grandes inconvenientes; de hecho, me agrada la inmediatez de la línea de comandos.

Las muchas limitaciones de 9wm tuvieron otro efecto, digamos, inesperado: su uso terminó pareciéndome un poco relajante. ¿La razón? Oh, con él uno no puede trabajar con muchas ventanas al mismo tiempo antes de que la sesión se convierta en un caos. Esto impone cierta disciplina y fomenta que uno se centre en una única tarea, en lugar de dispersarse por varias a la vez. Mientras escribo este texto, por ejemplo, no ojeo los artículos de The Oil Drum ni charlo mediante Pidgin ni ordeno mi colección de fotos. Pensándolo bien, resulta hasta irónico: ¡un gestor tan engorroso como 9wm ha aumentado mi productividad! Y también me ha recordado el auténtico atractivo de los entornos minimalistas: no se trata de economizar los recursos del ordenador —aunque también—, sino de inducir al usuario a trabajar tranquilamente y sin distracciones. Sólo por ello ya le he cogido bastante cariño.

Opciones de personalización

¿Estáis de broma, no? Precisamente uno de los puntos cardinales de 9wm es no tenerlas, no liar al usuario con ellas. Igual que la gente auténtica: «aceptadme por lo que soy o dejadme en paz».

De todas formas, existen algunas opciones de ejecución. Con la excepción de -term <programa>, que sirve para especificar qué se ejecutará cuando el usuario seleccione la opción de «nueva ventana» en el menú, poseen una función estética. Y tampoco en este aspecto permiten grandes cambios, más allá de escoger diversas fuentes de texto para el menú.

Documentación

Debido al punto anterior, y a que 9wm resulte tan simple, basta con una página de manual de una docena de párrafos para explicar todo lo necesario para funcionar. De hecho, este artículo seguramente ya es más largo que ella... Pero insisto, no hace falta nada más.

Aciertos

Inconvenientes


Captura de W9wm

W9wm es un descendiente de 9wm, visualmente idéntico pero con escritorios virtuales y algún otro detallito más.


Conclusión

He estado usando 9wm casi un mes, lo cual es mucho más tiempo de lo que esperaba. Y no me ha parecido una mala experiencia; ha hecho que me replantee algunos de mis hábitos, lo cual supongo que está bien... E incluso he terminado encontrándolo relativamente confortable. No, no me disgusta.

De todas formas, debo reconocer que tampoco se trata de mi gestor de ventanas ideal. La colocación interactiva de las ventanas era un arcaísmo enojoso ya en los tiempos de 8½, y en 2012, con muchos algoritmos para hacerlo de forma automática y más o menos eficiente, casi equivale a realizar con un hacha la labor de una motosierra. En fin, 9wm se halla tan alejado de los gustos actuales que supongo que repelerá a la mayoría de los lectores de este artículo. Probadlo si queréis comprobar cuánto han evolucionado —para bien o para mal— las interfaces de escritorio en estas últimas dos décadas.

Anexo: W9wm

¿Y que hay de W9wm? Lo he mencionado un par de veces en este artículo, y todavía no he dicho nada de él... Se trata de una evolución de 9wm, que incorpora algunas características nuevas:

¿Y mis impresiones? Bueno, en lo esencial W9wm funciona del mismo modo que su predecesor, y hereda sus fortalezas y debilidades —insisto, la colocación interactiva de las ventanas—. La única diferencia destacable son los escritorios virtuales, que otorgan al usuario más flexibilidad para organizarse el trabajo. El menú de aplicaciones, tal y como está implementado, no lo encontré de mucha ayuda; sólo lo veo útil para lanzar los tres o cuatro programas básicos que necesitéis de forma continua, para todo lo demás la terminal...

Galería de imágenes

Cuatro capturas de pantalla más, para darle algo de color al texto:

Captura de 9wm

9wm con el explorador Seamonkey, y Audacious 2 reproduciendo canciones de El Último Ke Zierre... La ventanita pequeña con una banderita rusa es una dockapp llamada Wmxkb, y sirve para cambiar el idioma del teclado.

Captura de W9wm

De nuevo, W9wm... La imagen tiene poco que destacar, en realidad: borrando archivos con ROX Filer. El reloj que aparece abajo, a la derecha, es Dclock.

Captura de W9wm

W9wm: no todo va a ser leer y escribir textos, con un ordenador también se pueden hacer cosas divertidas, como jugar a Doom.

Captura de 8½

¿Y qué mejor forma de acabar el artículo que con una captura del 8½ original? La he encontrado en un documento técnico sobre Plan 9 , la imagen probablemente se tomó a principios de los años noventa. Según el texto, en una NeXTstation .

 

Artículo escrito en marzo de 2012.
Revisado el 26 de mayo de 2015.


[Apta para cualquier navegador]  [Cumple con el estándar HTML]  [Cumple con el estándar CSS]

Podéis copiar libremente cualquier contenido de esta página.
Mandad opiniones, sugerencias o saludos a sovietskayarodina@gmail.com.