• FVWM95

Versión analizada

2.0.43f, publicada en mayo de 2003.

Página oficial

Estado actual

Fue popular a finales de la década de los noventa y comienzos de la siguiente, pero su desarrollo cesó en 2003 y duerme abandonado desde entonces. Sus usuarios fueron dispersándose en los años siguientes, y su lugar fue ocupado por otros gestores más modernos de características similares —JWM y sobre todo IceWM—. No descarto que en 2017 quede todavía algún irreductible utilizándolo; de hecho parece que al menos NetBSD y Puppy Linux siguen ofreciéndolo en sus repositorios de software.

Ah, una persona quiso retomar el proyecto en 2015 , aunque por lo visto el asunto se apagó en unos meses sin dar frutos.

Características resumidas

Esc. Virtuales Menús Iconos Temas Dockapps At. de teclado Barra de tareas
No Parcial 1

1 Pueden cargarse dentro de paneles de botones —módulo FvwmButtons—, si bien el soporte no es perfecto y algunas fallan.

Descripción


Captura de FVWM95

Parece Windows 85, una réplica china del sistema de Microsoft..., pero no, fue mi primer vistazo a FVWM95 en su configuración inicial. A la derecha, botones para cargar programas creados con el módulo FvwmButtons.


FVWM95 fue un gestor de ventanas derivado de la versión 2.0.43 de FVWM, creado con la intención de replicar en Unix una interfaz muy popular en los años noventa... Me refiero, claro, al escritorio de Windows 95 . Pero dejaré que lo presenten los autores, Hector Peraza y David Barth. Traduzco pues un fragmento del anuncio del proyecto que, en abril de 1996, escribieron en las listas de correo de FVWM :

«FVWM95 es un trabajo apresurado basado en FVWM 2.x. Intenta imitar los rasgos positivos de un producto bien conocido sin inflar el código convencional de FVWM.

Sus principales aspectos son:

  • Un aspecto y comportamiento familiares. Podría resultar de interés para usuarios que estén abandonando el mundo de Microsoft por Unix, o para los que tengan que alternar cotidianamente entre los dos. O para los que simplemente desearían la misma experiencia de Microsoft en Unix, o los que sólo quieren otro gestor de ventanas, o... Pero antes que nada pretende ser útil, simple y eficiente.
  • La misma configuración fácil y flexible de FVWM.
  • Funcionalidad extensible mediante módulos.
  • Una barra de tareas, para encontrar rápidamente la ventana de una aplicación y no ocupar espacio [de la pantalla] con iconos de ventanas [minimizadas]».

De modo que los rasgos más básicos de la interfaz de Windows 95 se hallan presentes aquí, con la importante excepción de los iconos en el escritorio que representaban programas o directorios. El elemento más obvio a primera vista es la barra de tareas, colocada en la configuración por defecto en el borde inferior: contiene, empezando por la izquierda, un botón para invocar el menú de inicio, un amplio espacio para listar las ventanas abiertas durante la sesión, y ya en el extremo derecho un área reservada a pequeños accesorios —imitando la bandeja del sistema de Windows— y un reloj. La decoración que dibuja el gestor resulta casi idéntica a la que estableció Microsoft en 1995, con los mismos controles —minimizar, maximizar y cerrar— para manejar ventanas. Y por supuesto tampoco podían faltar menús anidados.

Ahora, no hay que olvidar que bajo la máscara de FVWM95 se esconde FVWM, y éste ya brindaba en 1996 un sinfín de posibilidades ausentes en Windows. La más notoria quizás sean los escritorios virtuales, implementados en sus dos variantes —espacios de trabajo independientes, que a su vez pueden ser más grandes que el área mostrada en el monitor—. Pero podría enumerar más: decoración y acciones del ratón personalizables, tantos menús diferentes como desee el usuario, colocación inteligente de las ventanas... Además, como ocurría en el FVWM original, existen módulos opcionales que aportan aún más funcionalidad: paneles de accesorios con botones —e incluso dockapps— mediante FvwmButtons, o cuadros de diálogo programables gracias a FvwmScript, entre otros. Pocos gestores llegan tan lejos en este aspecto.

La configuración por defecto para FVWM95 que escribieron los autores —véase dentro del directorio sample.fvwmrc del código fuente— incluye un submenú de preferencias, que le permite al usuario hacer unos pocos ajustes de forma visual. Sin embargo para todo lo demás tendréis que editar a mano el archivo oculto de texto ~/.fvwmrc95. Éste es largo y hereda la sintaxis de FVWM, así que resultará probablemente un tanto opaco para gente inexperta; necesario, pues, leer la página de manual.


Captura de FVWM95

En la terminal blanca aparece un fragmento pequeño del archivo de configuración, ~/.fvwm95rc. Y el comportamiento de la barra de tareas resulta muy semejante al que tiene en Windows, etiquetas transitorias para mostrar títulos largos incluidas.


Me falta comentar que el autor principal, Hector Peraza, trabajó también en un toolkit —es decir, una biblioteca de funciones para diseñar otros programas— basado en Windows 95. Se trata de un proyecto escrito en C++ y llamado Xclass . Porque FVWM95 era sólo el primer paso de un plan más amplio: crear un entorno de escritorio completo similar al de Microsoft, con configuración gráfica y acompañado por aplicaciones como un explorador de archivos o un reproductor de CD-ROM. Este esfuerzo avanzó considerablemente y produjo un pequeño surtido de accesorios , mas fue abandonado en 2006.

Instalación

Difícil de compilar en sistemas modernos. La mayor parte del código fue procesada con éxito por GCC 4.6.4, con errores sólo en un par de módulos. Pero después tuve que utilizar versiones muy antiguas del compilador en esos dos puntos conflictivos. No son muy importantes, de todos modos: fallan el módulo del gestor de iconos —FvwmIconMan, que compilé con GCC 2.95—, y una de las extensiones de la barra de tareas dedicada a mostrar el estado de las baterías en ordenadores portátiles, BatStatModule —compilada con GCC 3.3—.

Primeras impresiones

Windows 95 no era exactamente mi sistema favorito, pero reconozco que encuentro su interfaz agradable. De hecho lo contaría entre lo mejor que ha hecho nunca Microsoft en ese campo. Clara, con colores y formas simples, intuitiva. En comparación, el escritorio por defecto de Windows XP se me antoja elaborado por y para niños de preescolar —todos esos azules y verdes brillantes quemando tus retinas, ¡yupi!—, y el Aero de Vista y Windows 7 una creación innecesariamente fea y barroca.

A primera vista FVWM95 se muestra muy semejante al escritorio básico de Windows 95. De hecho utiliza el mismo tono sólido de azul como fondo. Ausentes están los iconos para lanzar programas o explorar directorios; poco sorprendente, porque muy pocos gestores de ventanas implementan esta funcionalidad, lo habitual es recurrir para ello a otro programa independiente. Como comprenderéis tampoco hay ninguna referencia explícita —logotipos, etc— a Windows o Microsoft.

Ahora, en la configuración por defecto también aparece un elemento que rompe bruscamente la autenticidad: un panel vertical de botones para invocar aplicaciones —entre ellas, Quake—, en el que se incluye además un pager. Ahí termina pues la copia de Windows 95 y empieza el viejo FVWM.

Para ir modificando los menús a mi gusto —el software al que se alude en ellos era de rabiosa actualidad allá por 2000—, nada de herramientas o diálogos gráficos al estilo de Microsoft. Me animé pues a abrir con un editor de texto el fichero ~/.fvwm95rc, y revisarlo en toda su complejidad. ¡Hola, bienvenido de nuevo a Unix!

Usando FVWM95

Dediqué bastante tiempo a mi configuración, algo previsible cuando uno se enfrenta a FVWM. Lo invertí mayormente en los menús porque decidí mantener su estructura original, un extenso árbol con muchas categorías en las que clasificar un buen montón de entradas. Luego me entretuve también con el panel de botones de la derecha, en el que incluso coloqué algunas de mis dockapps favoritas. El resultado..., bueno, ya lo he dicho: una especie de híbrido entre Windows 95 y una interfaz muy tradicional de Unix. Quedé satisfecho.


Captura de FVWM95

Al tercer día de uso empecé a personalizar FVWM95. Por ejemplo poniendo cosas que realmente utilizo en la barra de botones de la derecha; hay en ella un par de dockapps, Dwgo y WMCPULoad .


Cierto, como ya he comentado arriba faltarían los iconitos en el escritorio para ejecutar cosas y abrir carpetas... La herramienta que primero recomendaría para conseguir esta funcionalidad sería ROX Filer , aunque existen otras opciones: Idesk también serviría. Y alguien excéntrico que desee la máxima similitud a Windows 95 quizás podría recurrir a Desktop , que escribió Peraza en 2002; si bien se trata de una herramienta rudimentaria que quedó inacabada y no me ha parecido demasiado útil.

Ah, respecto a la barra de tareas... Ésta podría considerarse un elemento bastante novedoso en los escritorios de Unix de 1996, pero veinte años más tarde no hay mucho que contar de ella. Puede alojar pequeños accesorios junto al reloj —aquí llamados goodies, en realidad extensiones del módulo FvwmTaskBar—, al estilo de la bandeja del sistema de Windows. El repertorio de ellos que incluye FVWM95 es muy reducido —véase en el directorio /usr/local/lib/X11/fvwm95/plugins/—: un control de sonido, un iconito para bloquear la sesión con un salvapantallas, otro que informa de la actividad del módem, y poco más. No parece posible, como en otros gestores, cargar aplicaciones externas dentro de la barra de tareas.

Sí, el manejo más elemental del gestor se asemeja al del escritorio de Windows 95. Aunque justo debajo de ese disfraz, apenas oculto, está FVWM. Y éste era muy, muy flexible y personalizable, al menos para la gente dispuesta a estudiar la documentación y entretenerse probando ajustes. Yo preparé por curiosidad varias configuraciones, con la barra de tareas en el borde inferior o superior de la pantalla. También cabe la opción de prescindir de ella y determinar que las ventanas queden minimizadas como iconos en el escritorio, con lo cual el usuario retrocede más allá de 1995 y obtiene algo muy parecido al FVWM original.

Me queda comentar que hace unos años usé otro gestor de ventanas inspirado en Windows 95, Qvwm. Lo encuentro ligeramente más fácil de configurar que FVWM95, y un poco más exacto a la hora de replicar el entorno de Microsoft. Además, Qvwm sí ofrece de serie los iconos en el escritorio. FVWM95, en cambio, resulta más versátil: sólo los módulos FvwmButtons y FvwmScript dan lugar a muchos experimentos locos.

Opciones de personalización

¡Muchas! Modelos de enfoque, colores de la interfaz, atajos de teclado, e incluso número, orden y funciones de los botoncitos de las ventanas... FVWM es uno de los gestores más maleables que existen, y FVWM95 conserva casi toda esa flexibilidad. En su configuración por defecto imita a Windows 95 pero resulta posible convertirlo en algo muy diferente; aunque en tal caso veo más lógico utilizar el FVWM original.

Por supuesto los ajustes se realizan escribiéndolos en un fichero de texto, normalmente ~/.fvwm95rc; ahí van todos, los referentes a los módulos también. Aviso de que para un usuario inexperto no resultará una tarea fácil: ~/.fvwm95rc es largo y su sintaxis poco comprensible al primer vistazo. Por suerte abundan los comentarios que explican cada sección.

No obstante los autores de FVWM95 prepararon en la configuración inicial unos pocos cuadros de diálogo —mediante el módulo FvwmScript— que permiten algunos cambios muy básicos en el modelo de enfoque y la organización de los escritorios virtuales; éstos quedarán guardados en el archivo oculto ~/.fvwm95rc-settings, que tiene preferencia sobre el anterior. Para todo lo demás, lo dicho arriba.

Documentación


Captura de FVWM95

Una configuración diferente, menos parecida a la cara habitual de Windows 95..., aunque también en aquel sistema era posible mover la barra de tareas al borde superior. El menú de inicio está desplegado.


La suficiente: una página de manual para el gestor, y después otra para cada módulo. Hay mucho que leer, y quien desee ir más allá del manejo más superficial tendrá que hacerlo.

Aciertos

Inconvenientes

Conclusión

Windows 95 por fuera, Unix por dentro, visible en cuanto rascas la capa más superficial: así es FVWM95. En 2017 dudo que tenga mayor interés, mas fue un proyecto popular en su momento. Si alguien quiere desesperadamente una imitación de Windows 95, Qvwm me parece una opción mejor; pero yo empezaría buscando algún tema hecho para ello en IceWM, Sawfish o incluso el propio FVWM, porque estos gestores sí continúan en desarrollo.

Galería de imágenes

Varias imágenes más del gestor en funcionamiento, para que el artículo no quede tan soso:

Captura de FVWM95

Los autores no querían sólo un gestor de ventanas, sino que pretendían trasladar a Unix otras partes del escritorio de Microsoft. Como su explorador de archivos: la réplica correspondiente aparece aquí en primer plano.

Captura de FVWM95

¡Diálogos de configuración! Aunque FVWM95 no avanzó mucho en esta faceta y sólo permiten ajustar los detalles más básicos. Sigue siendo necesario editar a mano el fichero ~/.fvwm95rc para todo lo demás.

Captura de FVWM95

En lo alto de la pila una herramienta para localizar archivos, XCFind, que si no recuerdo mal se distribuye con el toolkit Xclass. Y ocupando la mayor parte de la pantalla, Sid Meier's Alpha Centauri, hoy igual de recomendable que en 1999.

Captura de FVWM95

Sólo por diversión, FVWM95 y Windows 95 corriendo en una máquina virtual —QEMU—: buscad las siete diferencias. Por lo demás, en esta configuración cambié la barra de botones por otra más discreta en la esquina inferior derecha.

Captura de FVWM95

Que no sean todo pantallas de color azul: así luce FVWM95 en mi EeePC, corriendo en un sistema reciente —la edición 3.2.1 de Bodhi Linux , publicada en mayo de 2016—. MyFvwmTalk es un módulo que permite darle órdenes directas al gestor.

Captura de FVWM95

Mi calendario favorito , mi fondo de escritorio también favorito, y Audacious reproduciendo música.

Captura de FVWM95

FVWM95 hace muchos, muchos años —el icono de Netscape sugiere finales de los noventa—, probablemente en un ordenador de Sun. (Imagen tomada de Wikipedia ).

Captura de FVWM95

Sí, aún habrían cosas que pulir en esta configuración: las fuentes, que en mi ordenador de sobremesa resultan perfectamente legibles, aquí dejan bastante que desear.

Descargas

Dejo un par de cosas para las tres o cuatro personas que puedan estar interesadas:

 

Artículo escrito el 23 de enero de 2017.


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