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• Olwm

Versiones analizadas

Olvwm: 4.1, aparecida en junio de 1997. Posteriormente el autor —Scott Oaks— siguió publicando versiones, la última de las cuales fue la 4.5, en septiembre de 2003.

Olwm: La incluida con la versión 3.2 (patchlevel 4) de XView, cuyos cambios más recientes datan también de 1997.

Estado actual

A estas alturas, Olvwm es más que nada una antigüedad. Su desarrollo cesó en 2003, y el de las librerías gráficas de que depende —XView— seis años antes. De hecho, compilarlo e instalarlo en sistemas modernos no tiene nada de fácil; aunque creo que las distribuciones de Linux más grandes —Debian, Ubuntu y Slackware—, así como Solaris y NetBSD, mantienen paquetes de XView y Olvwm, o al menos lo han estado haciendo recientemente para sus variantes de 32 bits.

Fue bastante popular en su día, pero actualmente lo podemos considerar muerto y abandonado.

Características resumidas

Olvwm:

Esc. Virtuales Menús Iconos Temas Dockapps At. de teclado Barra de tareas
No No No

Olwm:

Esc. Virtuales Menús Iconos Temas Dockapps At. de teclado Barra de tareas
No No No Parcial No

Descripción


Captura de Olvwm

Olvwm en su configuración por defecto. Aunque, si os fijáis en las terminales abiertas, ya estoy comenzando a cambiarla; no me gusta que tapen mi fondo de escritorio con una capa de color azul.


¿De dónde viene Olvwm? Para explicarlo, hemos de remontarnos nada menos que a finales de la década de los ochenta. En aquella lúgubre época de hombreras y pelos cardados, Sun Microsystems diseñó XView , un toolkit que usó a continuación para construir un entorno de escritorio para sus máquinas. Dicho entorno de escritorio seguía una serie de especificaciones llamada Open Look , y empleaba como gestor de ventanas al Open Look Window Manager, más conocido por sus siglas, Olwm.

Olwm fue bastante popular en los primeros años noventa, al menos en algunas variantes comerciales de Unix. Sin embargo, pronto resultó obvio que le faltaba un detalle importante: escritorios virtuales. Y por ello surgió el gestor de ventanas que nos ocupa ahora, Olvwm —precisamente, la uve incorporada al nombre viene de «virtual»—, que en esencia es eso: el viejo Olwm con un escritorio virtual al estilo de Tvtwm. También se le hicieron otros añadidos, como el soporte de imágenes en formato GIF o XPM para los iconos, o más opciones de configuración.

Lo primero que a un usuario actual le llamará la atención de Olvwm es su estética. En realidad, Open Look se parece poco a otras interfaces gráficas, con su insistencia en los botones ovalados y las flechas descendentes para indicar menús; si ojeáis las capturas de pantalla, especialmente las que contienen otras aplicaciones basadas en XView, comprobaréis que posee un estilo bastante peculiar. Olvwm obviamente lo comparte.

En cuanto a su funcionamiento existen otras rarezas. Por mencionar alguna, la decoración de las ventanas no incluye botones para las funciones más comunes —ya sabéis, cerrar, minimizar, etc—; para ello, en cambio, hay un menú desplegable en la esquina superior izquierda. Y otro detalle curioso son las «chinchetas»: clicar sobre ellas con el ratón hace que el menú correspondiente —aunque no todos las tienen— quede anclado al escritorio, convertido en una ventana más. Y esperad, aún debo añadir otro detallito: el usuario puede seleccionar varias ventanas y operar sobre ellas a la vez.

Dejando estos rasgos distintivos aparte, Olvwm es un gestor bastante convencional, y no se aleja demasiado de otras interfaces de la época. Como resultaba habitual entonces, las ventanas se minimizan como iconos en el escritorio —todavía no se habían generalizado las barras de tareas—. Además, clicar sobre el fondo con el botón derecho del ratón invoca un menú de aplicaciones, cuyos contenidos obviamente puede definir el usuario. Y luego encontramos el típico pager, un accesorio casi imprescindible para usar con comodidad el escritorio virtual.

Del modo de configurar el gestor hablaré con detalle más abajo, en las «opciones de personalización». De momento comentaré que no resulta muy difícil hacerlo, y la documentación explica el asunto razonablemente bien. Sólo ocurre que existen posibles ajustes que hacer en varios lugares diferentes: están los archivos ocultos ~/.openwin-menu y ~/.olvwmrc —aunque este último es más una conveniencia que una necesidad—, y también hay «Xresources» que pueden especificarse en los lugares acostumbrados

Instalación


Captura de Olvwm

Esta otra captura muestra ya lo que viene a ser mi escritorio casi completo; sólo me queda definir un menú de aplicaciones que reemplace al que viene por defecto, que sólo permite lanzar Xterms...


Olvwm requiere las bibliotecas gráficas XView, y de hecho suele distribuirse con ellas. Ya he dicho más arriba que resulta relativamente complicado de instalar en sistemas modernos, salvo quizás aquellos lo bastante grandes para disponer de paquetes ya compilados; tratándose de software tan viejo, y más o menos irrelevante en la actualidad, seguramente sólo los encontraréis en los repositorios más completos.

En mi caso, bueno, como supondréis para Vector Linux no los hay. Supongo que podría haber buscado en los repositorios de su hermano mayor, Slackware, pero decidí lanzarme a la aventura y descargué el código fuente de XView de los archivos de Ubuntu; Olvwm y su predecesor, Olwm, iban incluidos en el lote. También uno de esos parches con actualizaciones que prepara la gente de Debian para intentar mantener en funcionamiento los programas viejos.

Y con todo ello..., pasé un par de tardes muy divertidas tratando de compilar algo usable. Lo logré, en otro ejemplo más de cómo la perseverancia triunfa sobre el sentido común. En fin, cada uno quema su tiempo como quiere. Además, el mérito donde corresponde: sin el parche de Debian es posible instalar, como mucho, las librerías básicas —usando una versión prehistórica de GCC como la 3.3—, pero nada más.

Como nota final, en el momento de escribir esto mi sistema tal vez comience a quedarse ya un poco antiguo: Glibc 2.5, la versión 7.2 del X Window System, GCC 4.2.4. Lo que quiero decir es que no sé si seguirá siendo posible compilar a XView y sus retoños en entornos más modernos. Supongo que sí, al menos mientras siga habiendo alguien que se ocupe de vez en cuando de parchearlos.

Primeras impresiones


Captura de Olvwm

Olvwm con otras aplicaciones basadas en XView: el editor de textos Textedit, un reloj (Clock), un control de sonido (XVmixer), un montador de dispositivos (XVmount), y un medidor de espacio libre en el disco (Disktool). El reproductor de música que hay en primer plano es Audacious.


Fueron bastante favorables: Olvwm me atrajo casi desde el principio.

Y creo que se debe mayormente a su estética. Ya he mencionado más arriba que las aplicaciones basadas en XView poseen un aspecto bastante peculiar, y al menos visualmente no se parecen demasiado a otros programas con interfaces más actuales. En realidad, cuando se trazaron las especificaciones de Open Look y se diseñó con ellas el toolkit de XView, no existía nada parecido a un estándar o una costumbre en esta materia. Cada uno seguía su propio camino. Y con mayor motivo mientras la larga disputa judicial entre Apple y Microsoft por los derechos de propiedad intelectual sobre interfaces gráficas seguía todavía en marcha; nadie quería verse arrastrado a una guerra semejante por parecerse más de la cuenta a sus competidores.

El caso es que los colores sólidos de Olvwm, sus sencillos relieves simulando tres dimensiones, y esa curiosa forma de resaltar los elementos de los menús —usando una sombra biselada con formas redondeadas— me gustaron. Hay algo bonito en esa simplicidad. También me pareció llamativo el modo de remarcar las esquinas de las ventanas.

No obstante, casi inmediatamente tuve que ponerme a leer la página del manual, porque algunos aspectos del comportamiento por defecto de Olvwm me desagradaron. Por ejemplo, insistía en pintar mi escritorio de un uniforme color azul, tapando así el paisaje nevado que yo había escogido como fondo. Y bueno, el modelo de enfoque predeterminado —clicar en cada ventana para trabajar en ella, como en Windows— tampoco está entre mis preferencias.

Por lo demás, en mis primeras sesiones me sentí un poco torpe con el gestor. Los menús funcionan de una manera un poco especial, que descansa sobre todo en el botón derecho del ratón; el izquierdo sólo sirve para marcar automáticamente la opción predeterminada, si la hay. Como consecuencia, necesité un poco de práctica para acostumbrarme, y a menudo me encontraba confundiéndome y minimizando ventanas sin pretenderlo o abriendo la aplicación que no deseaba.

Usando Olvwm

Bueno, lo primero que querréis hacer será definir vuestro propio menú de aplicaciones, escribiendo el correspondiente fichero ~/.openwin-menu. Y lo segundo, ajustar algunos detalles del comportamiento de Olvwm a vuestro gusto, añadiendo las líneas necesarias al archivo ~/.Xdefaults.


Captura de Olvwm

Otra estética diferente. En primer plano, y con el foco, podéis ver una ventana de XVfilemgr, un viejo explorador de archivos basado en XView. En la esquina inferior derecha hay un par de aplicaciones minimizadas como iconos.


¿Más cosas? Ya he comentado que el funcionamiento de la interfaz de Olvwm puede resultar un poco desconcertante para los usuarios habituados a entornos modernos, en especial por esa interacción peculiar entre los menús y los botones del ratón; el derecho sirve para casi todo, algo a lo que no estoy acostumbrado. Pero al cabo de un tiempo lo encontré bastante ergonómico. Y el hecho de que las ventanas no cuenten con botones de acción, y algunas operaciones con ellas deban realizarse desplegando el menú de la esquina superior izquierda —cerrarlas, por poner un ejemplo—, no supone un incordio tan serio como había supuesto en un primer momento.

El pager merece también algún comentario. En principio no parece nada fuera de lo habitual, pero posee una característica que yo no había visto nunca antes: cambiar el tamaño de su ventana sirve para hacer lo propio con el escritorio virtual. Así que si de repente, en plena sesión de trabajo, decidís que necesitáis más espacio, no hace falta retocar ningún archivo de configuración y reiniciar Olvwm; basta con arrastrar una de las esquinas del pager y darle las medidas deseadas.

Olvwm incluye el mismo sistema de diálogos de ayuda que su predecesor, y sirve para explicar a los principiantes los elementos de la interfaz; con este fin, el gestor arranca al ejecutarse un proceso hijo llamado olwmslave. En la práctica no resulta muy útil, porque a pesar de sus particularidades ni Olvwm ni Olwm son exactamente complicados, y cualquier homínido aprenderá a manejarlos en menos de media hora. Además, configurar este sistema de ayuda para que funcione correctamente no es un asunto trivial; si sabéis cómo hacerlo y lo lográis, está claro que no os hace falta.

Ah, se me olvidaba... Antes comenté que pueden seleccionarse varias ventanas y operar con ellas al mismo tiempo. Bueno, esto se limita a moverlas de un lado a otro; no parece posible minimizarlas o restaurarlas juntas. Y la verdad es que todavía estoy buscándole alguna utilidad a esta característica. A mí al menos no me sirve de gran cosa.

Existen ciertos problemitas desconcertantes, eso sí. Por mencionar uno, el gestor de ventanas interfiere de alguna forma con la función estándar de cortar y pegar del X Window System —ya sabéis, seleccionar un texto arrastrando con el botón izquierdo del ratón, y copiarlo a la aplicación deseada pulsando el central—: el proceso suele fallar si clicáis en otro lado antes de pegar la selección.

No hay mucho más que decir. Olvwm me animó a buscar otros programas basados en XView, por aquello de curiosear y completar mi escritorio. No hay muchos, y una parte considerable de ellos ni siquiera conseguí compilarlos, pero descubrí algunas piezas interesantes. XVmount es un montador de sistemas de archivos sin nada de particular, aunque lo encuentro práctico. XVmixer me gusta más, viene a hacer lo mismo que Alsamixer pero con una interfaz más bonita. Y Workman es un sencillo y eficiente reproductor de CDs.

Opciones de personalización

Olvwm carece de la flexibilidad de otros gestores de ventanas como Twm, pero también permite al usuario cierta libertad para adaptarlo a sus gustos. Es posible cambiar colores, elegir entre dos estilos de decoración diferentes —con relieves o sin ellos—, y retocar detalles más prácticos como el modelo de enfoque o los atajos de teclado.

Los ajustes oportunos pueden realizarse en varios lugares diferentes:

~/.openwin-menu:
Este fichero de texto, oculto en la carpeta raíz del usuario, define el contenido del menú de aplicaciones. Su sintaxis tal vez resulte algo atípica, pero es también muy fácil de comprender.
~/.Xdefaults —o ~/.Xresources, según corresponda—:
El comportamiento general de Olvwm —cosas como el tipo de decoración de las ventanas, el modelo de enfoque y demás— se define mediante los llamados «Xresources», cortas líneas de texto que asignan un valor determinado a un detallito concreto del programa al que se refieran, y que el X Window System lee cada vez que se pone en marcha.
~/.olvwmrc:
Este tercer archivo es menos necesario que los otros dos, pero puede venir bien para ajustar atajos de teclado para iniciar aplicaciones, o para hacer que algunas de ellas abran sus ventanas siempre en ciertas áreas del escritorio virtual.

Además, Olvwm cuenta con un conjunto esquemático de diálogos de configuración, al que se puede acceder añadiendo la entrada oportuna al menú de aplicaciones. Éstos permiten cambiar de forma sencilla algunos detalles básicos, sin tener que asomarse a los Xresources. A mí no es que me sirviesen de mucho, pero se agradecen de todos modos.

Por último, hay cosas que no se pueden cambiar, como las funciones de los botones del ratón. Imagino que porque hacerlo rompería las sagradas especificaciones de Open Look... Insisto, esto no es Twm.

Documentación

Muy buena y extensa, explica con detalle todo lo que hace falta saber para usar y configurar Olvwm. Viene en páginas de manual; la de Olvwm complementa a la de Olwm, así que es necesario leer las dos.

Ahora, la documentación emplea algunos términos de una forma poco habitual, cosa que puede desorientar un poco al lector —por ejemplo, los textos llaman «cerrar» al acto de minimizar una ventana—; a mí ciertamente lo hizo. Los chicos de Sun Microsystems decidieron asimismo rebautizar los botones del ratón: el izquierdo con el nombre de «SELECT», al derecho con «MENU», y al botón del medio se alude como «ADJUST».

Ya he mencionado antes la ayuda interactiva que incorpora el gestor. Pero es difícil de poner en marcha, o al menos lo fue con mi copia de XView, y realmente no añade nada a lo explicado en las páginas de manual.

Aciertos

Inconvenientes

Conclusión

Ha sido un experimento divertido, vaya. Olvwm y su hermano mayor me han gustado bastante, aunque he de reconocer que una parte del atractivo ha estado en el mismo hecho de ponerlos a funcionar, un poco como un arqueólogo desenterrando vasijas sumerias. Cuando uno se acostumbra a sus rarezas, se trata de gestores de ventanas bastante cómodos —sobre todo Olvwm—. Aunque, siendo realistas, no ofrecen nada destacable a un usuario actual; e instalar las librerías XView puede convertirse en un buen dolor de cabeza en algunos sistemas.

Anexo: Olwm


Captura de OVWM

Olwm, el original, en un divertido escritorio verde. A la derecha, un montón de aplicaciones minimizadas como iconos: sin escritorios virtuales, no hay otro remedio.


No quería terminar el artículo sin hablar, aunque sea un poco, de Olwm. De hecho lo probé durante un par de días, con idea de ampliar mi perspectiva.

A primera vista Olwm y Olvwm se parecen como dos copos de nieve. Pero resulta que en este mundo no existen dos copos de nieve idénticos:

Al menos la carencia de escritorios virtuales y del menú de tareas sí que suponen una diferencia considerable para el usuario, e imponen obviamente otra forma de organizarse el trabajo. En realidad, no se me ocurre ningún motivo por el que preferir Olwm a su sucesor..., o al propio Twm, ya que lo he nombrado arriba.

Galería de imágenes

Algunas capturas más, para que podáis apreciar mejor esta reliquia procedente de tiempos pasados:

Captura de Olvwm

Un escritorio completo basado en XView, incluso hay una especie de barra de herramientas. Como veis, el menú de aplicaciones de Olvwm puede mostrar iconos en lugar de etiquetas de texto, aunque a mí no me convence el efecto. (La captura no es mía, procede de Xwinman.org ).

Captura de Olvwm

En la parte superior de la pantalla podéis ver en acción el sistema de ayuda interactiva, con un diálogo que explica para qué sirven las esquinas de las ventanas. También podéis ver a Workman reproduciendo un disco de Nino Bravo.

Captura de Olvwm

Olvwm y sus amigos posan para la posteridad. Sí, eso que se ve a la izquierda es un buscaminas (XVmines).

Captura de Olvwm

En esta última imagen estoy grabando un CD-ROM con XCDRoast.

Descargas

No creo que nadie las necesite, pero por si acaso aquí van un par de cosillas que pueden servir de ejemplo a quien desee configurar Olvwm:

 

Artículo escrito en diciembre de 2011.


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