• CTWM

Versión analizada

3.8.2, publicada en mayo de 2014.

Página oficial

http://www.ctwm.org

Estado actual

Se sigue trabajando en él a un ritmo más bien tranquilo: suelen transcurrir meses o incluso años entre una versión estable y la siguiente —la 3.8.1, por ejemplo, data de enero de 2012—, aunque en su repositorio de código sí parece haber actividad. Su popularidad ha ido declinando lentamente desde principios de la pasada década; a su alrededor late todavía una pequeña comunidad de usuarios.

Características resumidas

Esc. Virtuales Menús Iconos Temas Dockapps At. de teclado Barra de tareas
Parcial 1 No Parcial 2

1 En principio CTWM carece de esta funcionalidad. Sin embargo, utilizando macros de M4 resulta posible dividir la configuración en varios archivos diferentes. Y un tal Ravier se sirvió de ello para crear el «CTWM Themes System» , un paquete externo que implementa exactamente eso, temas estéticos que el usuario puede elegir desde los menús del gestor.

2 No existe una barra de tareas propiamente dicha, pero el gestor de iconos puede servir como tal si se le da la geometría adecuada. Mejor aún si además se le dibuja sin decoración y si se usa la etiqueta de configuración «IconifyByUnmapping».

Descripción


Captura de CTWM

CTWM en una configuración muy cercana a la de Twm. Los menús desplegados, y el gestor de iconos en la esquina superior izquierda —con un chocante color blanco—. Y como fondo un cuadro de Iván Aivazovski, La Novena Ola.


Primero un poquito de historia, aunque parte de lo que voy a contar a continuación ya lo he repetido en otros artículos:

A finales de los ya lejanos años ochenta, un programador llamado Tom LaStrange creó Twm; en parte motivado por las deficiencias de otro gestor de ventanas aún más antiguo, Uwm, que entonces gozaba de un amplio uso. Y vio todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera, y... Bien, Twm pasó a formar parte de la distribución básica del X Window System en 1989, y logró una gran popularidad durante al menos el lustro siguiente. Para los gustos actuales —escribo esto en 2016, casi tres décadas más tarde— luce ciertamente humilde y arcaico; sin embargo, bajo esa apariencia primitiva se esconde una herramienta bastante flexible y elaborada, muy usable incluso hoy.

Como ocurre con muchos proyectos exitosos de software libre, a Twm le fueron apareciendo hijos a medida que otras personas voluntariosas adoptaban su código fuente e introducían cambios por su cuenta: «está muy bien, sin duda, mas aún sería mejor añadiendo esta característica que se me acaba de ocurrir, y que procedo a escribir ahora mismo». De modo que en 1990 aparecieron Tvtwm y Vtwm, implementando escritorios virtuales; en 1992 Piewm con sus menús radiales, y el gestor que nos ocupa hoy, CTWM; y en 1993 FVWM, que a su vez fundó su propia pequeña familia.

El trabajo en CTWM comenzó de la mano de Claude Lecommandeur, nombre que se acerca en genialidad a Max Power y que en sí mismo es garantía de éxito. En realidad resulta muy similar a Vtwm, y a primera vista cuesta encontrar diferencias. Tanto es así que puedo repetir aquí lo que expliqué en su momento sobre Vtwm, cambiando sólo la letra necesaria y dos palabras de la primera frase:

«Para resumir, CTWM es Twm con escritorios virtuales añadidos, y la posibilidad de utilizar decoraciones un poco más modernas que simples rectángulos planos de dos colores. Las capturas de pantalla que cuelgo aquí pueden sugerir muy poca cosa, pero sabed que en algunos aspectos —digamos, funcionales— Twm resultaba sorprendentemente refinado; y CTWM hereda esa versatilidad y luego añade un poquito más».

El usuario cuenta con escritorios virtuales y un pager para navegar por ellos. También con la posibilidad de recurrir a macros de M4 para hacer su configuración más dinámica. Y con iconos en color para representar ventanas minimizadas. Y por supuesto con una nueva decoración —opcional, la clásica de Twm sigue disponible— basada en relieves y formas cuadradas, más o menos reminiscente de la de Mwm y las aplicaciones basadas en Motif ). Lo que no encontraréis en CTWM es una barra de tareas: en su lugar y cumpliendo la misma misión se halla el gestor de iconos, procedente también de Twm, y que se trata de una ventana que presenta una lista de todas las demás, y permite minimizarlas o restaurarlas y traerlas a primer plano.

Sí, son exactamente los mismos puntos destacables de Vtwm; de hecho, os recomiendo que leáis el artículo en el que analizo dicho gestor de ventanas, para complementar lo dicho aquí. Y ahora mismo os estaréis preguntando: si tan semejante resulta a Vtwm, ¿por qué existe CTWM? ¿Cuál es su razón de ser? ¿Para qué usar uno contando ya con el otro?


Captura de CTWM

Ahora utilizo la decoración en 3D, que luce relieves similares a los de Motif. El pager muestra mis cuatro espacios de trabajo. A la derecha esperan muchas aplicaciones minimizadas. En la terminal, las características de mi superordenador.


Bueno, sucede que las implementaciones de estas características comunes divergen ligeramente. Tomemos como ejemplo los escritorios virtuales, que quizás supongan la mayor diferencia entre ambos gestores: Vtwm cuenta con sólo uno, que sin embargo puede ser varias veces más grande que el área abarcada por el monitor —concepto muy socorrido en la década de los noventa—, mientras que CTWM ofrece un número variable de espacios de trabajo independientes. Y luego, hablando más en general, cabría decir que CTWM posee más versatilidad y le presenta al usuario mayor cantidad de pequeños detalles que personalizar, si bien tampoco por mucho margen.

La configuración de CTWM viene especificada en el archivo de texto ~/.ctwmrc, oculto en el directorio raíz del usuario. La sintaxis y la mayoría de opciones y etiquetas son compatibles también con las de su predecesor, Twm, así que resulta posible aprovechar una configuración diseñada para éste —un fichero .twmrc, vamos— e ir haciendo los cambios pertinentes para sacar partido de las nuevas funciones que brinda CTWM.

Primeras impresiones

La compilación del código fuente de la versión 3.8.2 de CTWM viene automatizada todavía por Imake , una herramienta muy empleada en los años noventa; se trata de un arcaísmo sorprendente en un programa publicado a mediados de 2014, pero cumple su función, así que nada de qué quejarme... (Aunque ahora, mientras repaso el texto, compruebo que sólo un mes más tarde lo han sustituido por el más moderno Cmake ).

Comencé utilizando mi antigua configuración de Twm, que funcionó sin contratiempos. De hecho CTWM lee directamente el archivo ~/.twmrc si no existe un fichero de configuración para él; en mi caso sólo se quejó de una etiqueta no reconocida. Y el resultado obviamente se resumió en un escritorio idéntico al de Twm, con la misma decoración rudimentaria; la única novedad obvia al primer vistazo fueron los iconos a todo color para las aplicaciones minimizadas, en lugar de las manchas informes que mostraba Twm cuando intentaba dibujar una imagen con más de dos colores.

Pero a mí Twm me gusta, así que este primer vistazo a CTWM no me defraudó. Soy consciente sin embargo de que a mucha gente se le antojará feo, tosco y poco acogedor; sobre todo a las personas más habituadas a interfaces modernas.

Usando CTWM

Claro que es posible convertir a CTWM en algo más bonito y menos huraño. Requiere su tiempo y sus lecturas al manual: Twm y sus derivados no se encuentran entre los gestores de ventanas más fáciles de configurar, tanta versatilidad tiene su coste. Y quizás CTWM resulte ligeramente más complicado en esta faceta que sus hermanos.


Captura de CTWM

Otra apariencia distinta con colores más suaves. He aprendido a destacar las terminales en el paginador y el gestor de iconos con un tono claro de azul. En primer plano aparece Quake.


Hay pues muchas formas de usar CTWM: ¿clicar para enfocar, o que el foco siga al puntero del ratón? ¿żY por qué no hacer que las ventanas suban al primer plano automáticamente? ¿Un gestor de iconos, dos, o ninguno? ¿O que tal ocho escritorios virtuales, cada uno con un fondo distinto? Cada usuario puede moldearlo a su gusto, y he visto pocas restricciones en este aspecto. Prueba de ello son las capturas de pantalla que circulan por Internet, mostrando configuraciones de CTWM que imitan a otras interfaces gráficas: el escritorio de BeOS , el viejo Mwm, etc. Y por supuesto siempre queda la opción de quedarse en 1990 con las antiguas manías de Twm, entre ellas su peculiar método para redimensionar ventanas.

Como ya he dicho, el pariente más cercano de CTWM es Vtwm, tanto que casi parecen hermanos gemelos. El único motivo de peso que se me ocurre para preferir uno u otro reside en su modalidad de escritorios virtuales: si os gusta un único escritorio gigante por el que repartir ventanas y desplazaros a vuestro antojo, Vtwm; si preferís espacios de trabajo separados entre los que ir saltando, como en los gestores modernos, decantaos por CTWM. Las otras diferencias —por citar una, en CTWM, la posibilidad de fijar los menús para que no desaparezcan al seleccionar un elemento— resultan a mi parecer bastante secundarias.

Y llegados a este punto debería comentar también algo sobre el «CTWM Themes System» que mencioné al comienzo del texto. Veamos, este gestor en principio NO soporta temas al estilo de Fluxbox o IceWM: el escenario habitual contempla escribir a mano tus preferencias e ir cambiando lo que no te convenza. Pero una persona mañosa quiso resolver esta carencia mediante una ingeniosa combinación de macros en M4 y scripts de Bash. Utilizando este paquete, la configuración de CTWM queda dividida en varios ficheros dentro del directorio oculto ~/.ctwm, que separan los ajustes estéticos de los concernientes al comportamiento de la interfaz. El invento parece un tanto frágil y yo lo recibí con cierto escepticismo; sin embargo, ¡da lo que promete! Permite al usuario combinar temas visuales y funcionales desde un menú, y ya como propina colocar fondos de escritorio. Y todo ello se recuerda para la siguiente sesión... El único inconveniente que veo es que hace más complicada la —siempre necesaria— configuración manual del gestor.

¿Qué más explicar? He convivido con CTWM durante tres meses. Como ocurría con Twm, resulta arisco en un primer momento e impone un aprendizaje intimidante para la gente inexperta. No obstante, ofrece opciones para acomodar el estilo de trabajo de casi cualquier individuo que se siente ante el ordenador, y cuando uno llega a su configuración ideal se vuelve muy confortable. Dadle tiempo.

Opciones de personalización

Todas la de Twm, más las referentes a las nuevas funciones introducidas por CTWM; los escritorios virtuales, sobre todo. Atajos de teclado, modelo de enfoque, efectos de los botoncitos de control de las ventanas, acciones del ratón, colores y aspecto de la decoración, iconos a usar para las ventanas minimizadas..., y así hasta llegar a cuestiones más exóticas, como fondos de escritorio o efectos de sonido —éstos requieren el servidor de sonido Rplay —.

En resumidas cuentas, son muchas.

Documentación


Captura de CTWM

Y ahora de marrón, con un dibujito de Natalia Poklónskaya de fondo... Escuchando música con Open Cubic Player.


Muy completa, siguiendo el ejemplo de Twm; casi no deja nada por explicar. Ahora, también poco hospitalaria para el recién llegado.

Aciertos

Inconvenientes

Conclusión

Si os gusta el funcionamiento de Twm pero preferiríais un gestor más moderno y todavía más flexible, no busquéis más: CTWM es exactamente eso. Y si aún os parece poco podéis combinarlo con el «CTWM Themes System», que añade soporte para temas gráficos, aunque sea a costa de complicar la configuración.

Galería de imágenes

Más imágenes de CTWM en funcionamiento:

Captura de CTWM

Y este tema amarillo procede del «CTWM Themes System». Abajo, a la derecha, el paginador se ha convertido en una lista de los escritorios virtuales disponibles. Estoy comparando los manuales de CTWM y Vtwm con Mgdiff para ver las diferencias entre ellos.

Captura de CTWM

Tema inspirado en BeOS, también del «CTWM Themes System», que demuestra la versatilidad de este gestor de ventanas. El gestor de iconos ha sido convertido en una barra de tareas en el borde inferior de la pantalla.

Captura de CTWM

Esta imagen, tomada probablemente en los años noventa, muestra un escritorio muy concurrido. Me gustan los colores elegidos. (La captura no es mía: fuente ).

Captura de CTWM

CTWM corriendo en Solaris en 1996. Fijaos en los controles de las ventanas: en esta ocasión son iconitos de colores —imágenes XPM— con funciones misteriosas. (La captura no es mía: fuente ).

Captura de CTWM

Pantalla negra con colores brillantes para el texto, recuerda a un viejo monitor de fósforo. Decoración minimalista. En una de las terminales aparece parte del fichero ~/.ctwmrc. (La captura no es mía: fuente ).

Captura de CTWM

Sigue tratándose de CTWM, aunque con un aspecto más elegante y moderno. Corriendo en FreeBSD. (La captura no es mía: fuente ).

Descargas

Sólo una cosa: como personalizar CTWM resulta un poco difícil, adjunto mi mi fichero de configuración. No hay grandes experimentos en él, y su único rasgo atípico quizás sea una macro en M4 que utilicé para cambiar rápidamente los colores de la decoración.

Recursos adicionales

reivax.org - CTWM Themes System
El sitio oficial de este trabajo, por si alguien quiere echarle un vistazo. En el paquete se incluyen ocho temas estéticos y varios comportamientos distintos.
CTWM Themes | gurno.com
Un par de configuraciones de CTWM con gráficos propios. Pueden combinarse con el «CTWM Themes System» haciendo algunos cambios a mano.
CTWM - Save your CPU for the important stuff! (Réplica en The Internet Archive)
Y otros treinta temas más para descargar: vienen en un paquete que incluye su propia versión del «CTWM Themes System».

 

Artículo escrito el 26 de enero de 2016.


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