Introducción

Entonces, ¿de qué va exactamente esto? ¿Qué es un gestor de ventanas? Vamos a ello sin más dilación:

Escritorios en Windows y Unix

Empezaré hablando de Windows, claro, que es el sistema operativo con el que casi todos los usuarios de ordenadores se hallan más familiarizados.

Veamos, Windows se presenta al usuario como una totalidad. Enciendes tu máquina, y transcurrida una corta espera te recibe la pantalla de bienvenida de Windows. Tras escoger con qué cuenta quieres trabajar, llegas por fin al escritorio de Windows. Una vez ahí puedes hacer ajustes con las herramientas de configuración de Windows, o quizás incluso usar la línea de comandos de Windows... En realidad el sistema está dividido en partes más pequeñas, pero todas dependen unas de otras y se encuentran integradas en un conjunto coherente. Como mucho, hay extensiones que modifican la funcionalidad del escritorio , desarrolladas por terceros; si bien no forman parte de la distribución básica de Windows y la gran mayoría de la gente no se interesa por ellas.

Linux, las variantes de BSD y otros sistemas de tipo Unix están construidos de un modo distinto: son amalgamas de piezas independientes, combinadas de un modo más o menos armónico —y supongo que debería hacer hincapié en el «más o menos»—. No hay pues un «escritorio de Unix», sino muchos posibles entre los cuales distribuidores y usuarios escogen sus favoritos. Tampoco existe un «sistema gráfico de Unix», aunque el X Window System se haya convertido en hegemónico. Ni un «intérprete de comandos de Unix», sino numerosas opciones, desde el ubicuo Bash a otros más exóticos como Ksh. ¿Captáis la idea, no?

Simplificando bastante, un escritorio en Unix está organizado aproximadamente así:

Esquema de una interfaz gráfica en Unix

Las diferentes capas existentes entre la interfaz que el usuario manipula y el núcleo del sistema operativo. El X Window System viene a caer en medio, en el recuadro azul brillante: sobre él funcionan los gestores de ventanas, y normalmente sobre ellos los entornos de escritorio completos. (Imagen tomada de Wikipedia ).

De modo que mientras escribo ahora estoy utilizando el X Window System con el gestor de ventanas Blackbox, y a esto podría añadir todavía otras piezas —un programita como Xbindkeys para configurar atajos de teclado, o un salvapantallas—. Sin embargo, hay decenas de alternativas disponibles.

Gestores de ventanas y entornos de escritorio

Bien, ¿en qué se diferencian ambos conceptos? Echad un vistazo al glosario, pero por si acaso diré algo también aquí.

Un gestor de ventanas, como su nombre indica, maneja ventanas; o, más correctamente, permite que el usuario del ordenador lo haga. Nada más, nada menos. Por supuesto existen muchas formas de cumplir este cometido y muchos posibles estilos de trabajo. Algunos gestores organizan las ventanas del escritorio componiendo mosaicos, otros permiten que se desplacen libremente por la pantalla y que queden unas sobre otras formando pilas. Muchos dibujan decoración con botoncitos de control —minimizar, maximizar, etc—, o incluyen accesorios como paginadores o barras de tareas. Y alguno he visto que se conforma con mostrar los marcos desnudos de las aplicaciones abiertas, y brinda sólo unas pocas combinaciones de teclado y ratón para controlarlas.

Los entornos de escritorio —citemos, por ejemplo, a KDE— van más allá. Se trata de soluciones integrales que intentan ofrecer las herramientas básicas para que el usuario se desenvuelva con su ordenador. De modo que KDE incluye su propio gestor de ventanas —antes KWM, ahora KWin—, mas también un editor de textos —Kate—, un emulador de terminal —Konsole—, un explorador de archivos y navegador web —Konqueror—, y muchas otras cosas, entre ellas diversos accesorios para configurar el sistema. Naturalmente cada proyecto sigue sus propias ambiciones, y hay todo un mundo de matices entre algo tan amplio y exhaustivo como el mencionado KDE y entornos más minimalistas como Étoilé .

¿Queda claro, no? El gestor de ventanas típico no trae ninguna interfaz para ajustar el volumen del sonido, el tamaño de letra, la resolución del monitor o el idioma del teclado, porque esas funciones quedan fuera de su ámbito; asume en cambio que el usuario lo hará por su cuenta, editando configuraciones a mano o recurriendo a utilidades de terceros. La idea básica de un entorno de escritorio, sin embargo, es permitir controlarlo todo sin salir de él, o al menos ciertos mínimos.

Conclusión

En resumidas cuentas, es la naturaleza anárquica de Unix, con muchas partes independientes trabajando a su manera en un conjunto común, lo que permite toda esta variedad de interfaces gráficas. No hay una autoridad única y abrumadora que pueda imponer su forma de hacer las cosas. Obviamente tampoco es una utopía, siempre surgen fricciones e incompatibilidades; aun así, tal vez a Bakunin le hubiese divertido verlo.

Y nada más que comentar aquí. Podéis visitar el glosario si deseáis ojear algunos conceptos básicos, o pasar directamente a los análisis de los diferentes gestores.

 

Actualizado el 7 de mayo de 2016.


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