0.9.8.1, publicada el 13 de junio de 2006.
http://rox.sourceforge.net/desktop/OroboROX.html
Abandonado desde hace más de una década. En realidad todo el proyecto del que OroboROX formaba parte, el llamado ROX Desktop , duerme el sueño de los justos; el único componente que quizás aún reciba algún mantenimiento esporádico debe ser ROX Filer
, que por sus funciones de manejo de escritorio —paneles, iconos— y explorador de archivos tiene una utilidad obvia.
¿Usuarios? ¿Al despuntar 2019? No me imagino a nadie. De hecho OroboROX ni siquiera figura en los repositorios de Github del ROX Desktop, así que parece que en algún momento sus propios responsables decidieron descartarlo. Eso sí, consiguió un modesto público a mediados de la década de 2000.
Esc. Virtuales | Menús | Iconos | Temas | Dockapps | At. de teclado | Barra de tareas |
---|---|---|---|---|---|---|
Sí | No | No | Sí | No | Sí 1 | No |
1 Existe cierto número de ellos para realizar algunas funciones, y al usuario se le permite personalizarlos. Sin embargo, no es posible definir atajos de teclado nuevos.
OroboROX formaba parte de un entorno de escritorio llamado ROX Desktop, que en 2004 lucía tal que así. (La captura no es mía: fuente ).
Thomas Leonard comenzó a trabajar en lo que sería ROX Desktop en 1999. Su idea era crear un entorno de escritorio inspirado en la interfaz de RISC OS : un sistema operativo desarrollado en Inglaterra desde los años ochenta para los ordenadores que fabricaba Acorn
, y que hoy puede instalarse también en Raspberries y aparatos parecidos. ROX Desktop aspiraba a convertirse en una alternativa ligera y simple de mastodontes como KDE o Gnome. Como suele resultar habitual en este tipo de proyectos, está dividido en varias piezas independientes, la más conocida e importante de las cuales es ROX Filer.
Y ahora vamos con OroboROX, aunque la mayoría de mis lectores lo sabrá ya: fue un gestor de ventanas creado expresamente para el ROX Desktop. Sus autores —mayormente Guido Schimmels y Jonatan Liljedahl— no empezaron de cero, sino que adoptaron otro gestor ya existente, la versión 2.0.13 de Oroborus, y siguieron a partir de ahí. Esto ocurrió a principios del año 2004.
Cito del manual —en mi copia del programa, presente en doc/Manual.html—:
«OroboROX es un gestor de ventanas y nada más. Carece de panel/barra de tareas, iconos para el escritorio o un menú de inicio. OroboROX está concebido para usarse con ROX Filer, que proporciona todo eso».
En efecto, y como ocurría con su predecesor, Oroborus, nos encontramos ante un gestor muy austero. Maneja ventanas flotantes. Y cuenta con escritorios virtuales, cierta compatibilidad con el estándar EWMH, y un surtido bastante completo de atajos de teclado para realizar algunas operaciones. Aunque su característica más llamativa la encontramos seguramente en los temas gráficos que modifican la decoración de las ventanas: en la distribución básica se incluyen dieciséis. Varios de ellos, además, admiten diferentes combinaciones de colores —aquí llamadas schemes
, igual que en Oroborus—.
Pero ya lo dicen los autores: no hay accesorios. Ni un panel, barra de tareas o similar, ni menús para lanzar aplicaciones, ni siquiera un triste paginador para moverse por el escritorio virtual. Toda esta funcionalidad la aportaban supuestamente el resto de las piezas que componían ROX Desktop, sobre todo ROX Filer... OroboROX se centra en el manejo estricto de ventanas y no va más allá. En este sentido es como Metacity, sólo una parte de un entorno más grande, y que como tal no está realmente ideado para usarse por separado.
Bueno, esperad... Esto es infrecuente entre los gestores de ventanas y sólo lo ofrecen los más refinados, mas también está aquí: ¡diálogos de configuración! Gracias a ellos el usuario puede adaptar OroboROX a sus necesidades —modelo de enfoque, número de escritorios virtuales, etc— con unos cuantos clics de ratón, sin tener que editar a mano archivos de texto.
Y éstos, de todas formas, son varios. Existen dos que especifican respectivamente el tema y la combinación de colores elegidos: current_theme y current_scheme, dentro del directorio oculto ~/.config/OroboROX. Luego, los ajustes generales del gestor se guardan en el fichero defaults, que en principio espera dentro de la carpeta principal de la instalación del programa. No obstante, éste pierde su relevancia si se recurre a la configuración gráfica, que se basa en otros tres archivos —windowrc, workspacerc y keyboardrc— que tendrán preferencia sobre él y deberían situarse asimismo en ~/.config/OroboROX, aunque pueden acabar en ~/Choices/OroboROX. Sí, se trata de un arreglo atípico, porque...
Mis primeros días con OroboROX. Estoy usando sólo el gestor, sin ninguna de las otras piezas del ROX Desktop. La decoración de las ventanas corresponde al tema «MicroGUI».
Thomas Leonard comenzó a trabajar en lo que sería ROX Desktop en 1999. Su idea era crear un entorno de escritorio inspirado en la interfaz de RISC OS : un sistema operativo desarrollado en Inglaterra desde los años ochenta para los ordenadores que fabricaba Acorn
, y que hoy puede instalarse también en Raspberries y aparatos parecidos. ROX Desktop aspiraba a convertirse en una alternativa ligera y simple de mastodontes como KDE o Gnome. Como suele resultar habitual en este tipo de proyectos, está dividido en varias piezas independientes, la más conocida e importante de las cuales es ROX Filer.
Pues porque resulta que OroboROX, rompiendo con la tradición de Unix, no se desperdiga por el árbol de directorios en el orden acostumbrado —ya sabéis, binarios en /usr/bin, bibliotecas en /usr/lib, etc—, sino que queda confinado en único lugar. En mi caso, por ejemplo, la ruta fue ~/programas/OroboROX, de modo que ni siquiera lo instalé para todo el sistema, sino que quedó como software particular de «perez», mi usuario sin privilegios. Sea donde sea, el gestor espera encontrar ahí sus datos ordenados en una estructura determinada, con las carpetas oportunas para ejecutables, los temas y sus correspondientes imágenes XPM, etc.
Los responsables de ROX Desktop decidieron utilizar Zero Install para su distribución, una plataforma pensada para instalar software con un simple clic de ratón en un enlace de Internet. Claro, para que eso funcione hace falta un servidor que provea los datos oportunos... Y en el caso de OroboROX, hasta donde yo sé, tal cosa ya no existe. Tuve pues que pescar los paquetes necesarios de Sourceforge
y apañarme con ellos como mejor pude.
Decidí probarlo en solitario, sin ningún complemento de terceras partes —mencionaré a modo de ejemplo el paginador Ipager , que suelo emplear a menudo—; y me encontré con un escritorio vacío, carente de cualquier tipo de accesorio. Ya lo he dicho antes, no se incluyen aquí menús ni paneles, nada. «Bueno», pensé, «si he vivido feliz con 9wm podré desenvolverme con éste»...
Una estética distinta, con un fondo de escritorio tiburonil. El tema empleado ahora es «Quinx», bastante similar a «MicroGUI». En la esquina inferior izquierda Ipager muestra un esquema de los escritorios virtuales disponibles, y en la superior espera Tonk.
OroboROX, de todas formas, le reserva un pequeño lujo al usuario, sólo uno: la decoración de las ventanas. Títulos y controles dibujados en azul y gris, siguiendo el sofisticado tema gráfico que emplea el gestor por defecto, y que ostenta el nombre de «MicroGUI»... Tras unas horas de uso comprobé que me resultaba vagamente familiar. Y al indagar un poco en mi colección de capturas de pantalla averigüé la razón: yo ya había visto a «MicroGUI» en acción cuando probé hace un par de años otro gestor de ventanas, Golem. Pero en realidad fue un tema popular a principios de la pasada década, del que existieron réplicas para IceWM, Enlightenment, Sawfish o KDE, entre otros; poco sorprendente encontrarlo también aquí, pues.
«Por su planteamiento me recuerda a una variante rudimentaria de Metacity», anoté en mi primera tarde de pruebas.
No obstante diré que no quedé muy satisfecho, porque ya en esta toma de contacto vi que OroboROX es muy inestable. La segunda vez que se me ocurrió minimizar —ocultándola— y restaurar una ventana acabé con un error fatal por «violación de segmento», y tuve que reiniciar el gestor. Pasado un ratito volví a probar y obtuve el mismo resultado... No, no pinta bien. Si me gustasen los emoticonos aquí pondría una carita triste o algo.
Y esa inestabilidad termina suponiendo un obstáculo importante, que descarta a OroboROX como entorno de trabajo serio..., vamos, en el supuesto muy improbable de que alguien en 2018 estuviera interesado. Sí, ocurre exactamente lo que ya experimenté en mi primera tarde con él: ocultar ventanas provoca la mayoría de las veces que el funcionamiento del gestor se interrumpa. Es posible esquivar el problema, claro, no realizando nunca esta operación. Y aun así queda algún fallo ocasional debido a otros motivos: una ventana que se cierra en un momento inoportuno, un programa que hace algo inapropiado al abrir un menú o un cuadro de diálogo, etc.
De modo que aprendí pronto a no clicar nunca, nunca, sobre el control de minimizar. Esto limita, ya de paso, la utilidad de las barras de tareas independientes que el usuario se sienta tentado de probar —Fbpanel, PerlPanel, etc—, porque todas ellas recurren a esta función de ocultar ventanas que OroboROX no implementa correctamente. ¿El único consuelo? Bueno, el gestor permite también enrollar las ventanas que uno no desea ver, y al menos esta característica sí funciona bien; aunque la encuentro un poco más incómoda, uno puede desenvolverse así.
Y así termina una partida a Infra Arcana... Pueden verse iconos en el escritorio, cerca del borde superior, gentileza de una herramienta creada para Oroborus llamada Desklaunch.
Vale, ya he aclarado que OroboROX falla a menudo y eso no es aceptable. He leído en algún lado que los autores reconocían el inconveniente, y por ello recomendaban la vieja versión 0.9.7.9 en lugar de la más reciente 0.9.8; no obstante mi experiencia con ambas ha resultado similar. Pasemos ahora a otras cosas...
Sin gestor de iconos, barra o menú de tareas, la vida se complica cuando hay más de cuatro o cinco ventanas abiertas en un mismo escritorio virtual. Uno siempre puede usar, de todos modos, la combinación de teclas [Alt] y [Tab] para ir alternando entre ellas, como se hace en Windows y en otros entornos. Y trasteando con los modelos de enfoque también debería ser posible llegar a algún arreglo más o menos cómodo.
OroboROX no es tan básico como aparentaba cuando empecé a utilizarlo, y brinda algunas funciones propias de gestores más sofisticados. Bueno, la capacidad de definir ventanas «pegajosas» —visibles en todos los escritorios virtuales— no tiene nada de particular, y casi entraría dentro del mínimo que todos esperamos a estas alturas. Ahora, también permite disponer las ventanas de la pila en tres capas: la normal, una que queda por encima y otra que se situará debajo de las demás. Esto serviría, por ejemplo, para que un reloj —pongamos Xclock— se muestre siempre visible en primer plano, o para que ventanas que requieren poca atención no compitan con el resto y permanezcan en el nivel inferior. Tampoco hablamos de una característica que se haya descubierto aquí: OroboROX la heredó de Oroborus, e IceWM, Blackbox, Fluxbox o PekWM la implementan a su vez. Y yo reconozco que, salvo en casos excepcionales —Karmen— nunca la he encontrado muy necesaria.
Emplear OroboROX sin ningún extra, como hice en mis primeros días, no resulta la opción más recomendable. Muy pronto comencé a probar accesorios de terceros. Con barras de tareas al uso no hubo mucha suerte, debido a los errores al minimizar ventanas ya explicados; no obstante, descubrí en algún rincón polvoriento de Internet un primitivo gestor de iconos llamado Tonk, que se limita a traerlas a primer plano y como propina sirve para ejecutar programas. Y para quien desee un paginador, Ipager es la alternativa que más me gusta. Curiosamente con las utilidades que se distribuyen con Oroborus los resultados han sido dispares: Keylaunch funciona, Deskmenu no, y Desklaunch sólo de una manera imperfecta.
Puestos a improvisar y a construir Frankensteins con piezas independientes, no podía olvidarme del propio ROX Filer. Se trata mayormente de un explorador de archivos, pero con un poco de esfuerzo sirve además de panel y para añadir iconos y menús al escritorio... Sí, viene a ser en realidad una especie de navaja suiza, y constituía también el componente esencial del ROX Desktop. Le añadí un pager y un reloj
, y coloqué en él accesos rápidos a mis programas preferidos. Y... Bueno, tiene su utilidad. Además, mientras configuraba esto descubrí que OroboROX y ROX Filer están en efecto pensados el uno para el otro: uno puede abrir con este último el subdirectorio que guarda los temas del gestor —Configure/Themes—, y aplicarlos desde ahí con un mero clic. ¡Eh, me gusta!
Los diálogos de configuración dejan pocas cosas por cubrir, de modo que sospecho que los usuarios de ROX Desktop en su época de vigencia tuvieron poca necesidad de editar a mano ficheros de texto. Vamos, eso creo... Lo cierto es que a mí me han dado problemas: OroboROX era incapaz de leer los cambios realizados desde ellos. ¿La razón? En mi sistema, estos diálogos dejan los archivos de configuración correspondientes en ~/Choices/OroboROX, pero el gestor los busca en otro lugar, ~/.config/OroboROX. Lo averigüé gracias a Strace, y quizás ocurra por algún error cometido al instalar el gestor de ventanas. En todo caso lo corregí fácilmente con un par de enlaces simbólicos.
Y ahora el tema «b6», remotamente inspirado en BeOS... Como veis OroboROX es capaz de adoptar caras bastante diferentes. La barra de tareas que se aprecia abajo es PerlPanel .
Aunque la simplicidad aparente de OroboROX tal vez mueva a engaño, son numerosas. El usuario puede ajustar el modelo de enfoque, cambiar atajos de teclado —mas no añadir otros de su cosecha a los ya existentes—, elegir fuentes y colores para la decoración... Ah, incluso especificar ventanas concretas —según su atributo WM_CLASS
, visible mediante utilidades como xprop
— que se dibujarán desnudas, se considerarán pegajosas por defecto o quedarán siempre en lo alto de la pila. Más o menos como Oroborus, aunque con alguna opción más.
Por supuesto los diálogos de configuración hacen que toquetear todas estas cosas resulte más fácil que en el gestor de ventanas típico. Además, dichos cuadros de diálogo son claros y muy completos, e incluso cuentan con ayuda contextual: basta con dejar el puntero del ratón sobre un elemento dudoso para que aparezca una descripción.
Ah, y dieciséis temas, que modifican el aspecto de la decoración y el orden de los controles de las ventanas. Variados, y casi todos de buena calidad. Probablemente la mayoría fueron adaptados de otros entornos: «MicroGUI» y «Elberg» proceden de Enlightenment, «Crux» de Sawfish, «Quinx» de KDE 3, etc.
Un manual de usuario en formato HTML —archivo doc/Manual.html—. No explica gran cosa, y realmente no sirve para casi nada. Dentro del directorio doc hay otros documentos que tratan asuntos muy específicos, y que al recién llegado no le ayudarán apenas.
Bueno, OroboROX es más completo de lo que parece al principio. Podríamos considerarlo como una variante refinada de Oroborus, con una amigable configuración gráfica.
Inestable, por desgracia. En la página oficial se decía:
«OroboROX es un gestor de ventanas ligero para el ROX Desktop. [...] está en desarrollo y no [es] completamente estable y puede dar problemas con algunas aplicaciones».
¡Y ésta es una visión optimista!
Ahora, mi experiencia con él me ha servido para conocer mejor ROX Filer. Los dos programas se complementan bien, y verlos funcionar juntos me ha hecho saborear una parte de lo que ofrecía ROX Desktop... Y vaya, es una pena que el proyecto haya quedado abandonado.
Más capturas de mis andanzas con OroboROX:
![]() De nuevo el tema «b6», sólo que he sustituido PerlPanel por Xmobar |
![]() Los años de vigencia de OroboROX transcurrieron en la década de 2000, y por esa época eran casi obligatorios los temas inspirados en Windows XP: el que se aprecia en la imagen tiene el previsible nombre de «Redmond XP». |
![]() Y en este otro escritorio ya conseguí algo cercano a lo que pretendía ser ROX Desktop. Los diálogos de configuración del gestor ocupan la mayor parte de la pantalla. El panel con iconos es, por otra parte, responsabilidad de ROX Filer, que sirve para todo y se integra muy bien con OroboROX. |
![]() El tema empleado aquí es «RiscOS». Hay visibles algunas piezas de ROX Desktop: el paginador que aparece en el panel es ROX Pager |
![]() Varias ventanas enrolladas arriba, Conky |
![]() En alguna época pasada de mi vida sé que hubiese disfrutado bastante con este Pacto de Varsovia contra OTAN, pero ahora los videojuegos normalmente ya no me atrapan. Los iconos que se adivinan medio ocultos a la derecha los coloca Wbar |
Para quien desee curiosear, material relacionado con este gestor de ventanas: